5 Sorpresas Desagradables Si Eres Nuevo en el Mundo Réflex

Cuando dejas la cámara compacta y te haces con tu primera réflex es como si dieras un paso más allá. Pasas a otro nivel. Te ves guay 🙂 Te miras en el espejo, sujetando tu nueva cámara réflex, y te ves «más interesante». Sin embargo, al poco tiempo de empezar a usarla, te empiezas a encontrar con una serie de chascos y desagradables sorpresas que no te esperabas.

Aunque habitualmente soy un aférrimo defensor de la fotografía réflex, en el artículo de hoy meto un poco el dedo en la llaga para describir 5 desagradables sorpresas (más una de regalo) con las que uno se encuentra al aterrizar por primera vez en el mundo réflex.

1- Zoom, zoom, zoom

La mayoría de los que aterrizan en el mundo réflex provienen de una cámara digital compacta. Están por lo tanto acostumbrados a unos niveles de zoom que en fotografía réflex son considerados totalmente fuera de lo común.
Además muchos asocian, por error, los enormes tamaños de las cámaras réflex y lo largos que parecen sus objetivos con la idea de un zoom de largo alcance, y no es así.
El nivel de zoom que una cámara réflex puede ofrecernos no dependerá de ella mismamente sino del objetivo que le acoplemos. Los objetivos de las cámaras réflex funcionan de modo distinto a los de las cámaras digitales compactas. En las compactas suele primar lo compacto precisamente, ofrecen lo máximo con lo mínimo. En fotografía réflex se favorece más la calidad óptica, la sensibilidad a la luz y cosas así.

2- La pasión consumista

Y hablando de objetivos: uno de los disgustos más frecuentes que la gente se lleva a la hora de adquirir su primera cámara de fotos réflex es que el objetivo que viene de serie tiene un uso muy limitado, y que necesitan comprar, a parte, más objetivos. Es más, descubren que hay un objetivo para cada tipo de foto.
¿Pues para qué engañarnos? La mayoría de los que nos dedicamos a la fotografía réflex y la AMAMOS somos unos consumistas empedernidos. El usuario, cuando se compra una cámara de este tipo, no hace más que iniciar un largo viaje de consumismo. La industria de la fotografía réflex está basada en eso. Al poco tiempo nos damos cuenta de que necesitamos tal objetivo, o tal filtro, o un flash potente, etc. ¡Qué le vamos a hacer!
Es una afición cara y hay que asumirlo. (Aunque tengo que reconocer que es una de las aficiones más gratificantes a nivel personal y emocional).

3- Esto pesa mucho ¿no..?

Olvídate de lo ágil, pequeña, ligera y discreta que era tu cámara compacta. Las cámaras réflex son de todo menos ligeras. Es verdad que entre las distintas gamas de cámaras réflex los pesos varían de una a otra, pero en general para alguien acostumbrado a una cámara compacta, las réflex pesan y abultan mucho, lo cual lleva a la triste situación de no tenerla a mano siempre. Una cámara compacta la puedes llevar siempre en la mochila, bandolera, bolso, y hasta en un bolsillo a veces. Respecto a las réflex muchas veces da pereza sacarlas, pensamos que nos las vamos a necesitar. Lógicamente algunas veces nos equivocamos y las echamos en falta.

4- Un momento.. ¡¿La foto la tengo que hacer yo?!

Y alguno pensará: «Bueno, asumo todos estos inconvenientes. Si mi réflex digital tiene que pesar mucho, lo acepto. Si tiene que costarme mucho dinero, no pasa nada, si tengo que andar cambiando objetivos, no me importa en absoluto. Lo importante es que tendré, por fin, una cámara que me hará unas fotos magníficas».
Siento ser un aguafiestas pero.. tampoco podrás tener eso: una cámara que te haga buenas fotos no tendrás. Las tendrás que hacer tú mismo, amigo. Cierto, tendrás una mejor máquina, accederás a una herramienta mejor, pero sólo será eso: una simple herramienta. Seguirás siendo tú el fotógrafo. Si hacías fotos malas, malas, excesivamente malas con una cámara compacta siento decirte que probablemente no notes mucha diferencia con la réflex. Las cámaras réflex no tienen ninguna fórmula mágica que corrija nuestras meteduras de pata fotográficas.
No me cansaré de repetirlo: la foto no la hace la cámara, la hace el fotógrafo.
Tú.

5- La virtud de la paciencia

A las cámaras compactas, en inglés, las llaman Point-and-Shoot. Traducido literalmente sería Apunta-y-Dispara. Porque en esencia son eso: son aparatos que sólo tienes que encender, apuntar al sujeto, y disparar. Boooom. ¡Mira qué foto más chula!
Las cámaras réflex, aunque también disponen de un modo automático, en general están enfocadas a un fotógrafo que tiene menos prisa, un usuario que se toma su tiempo en poner la cámara a punto, seleccionar los ajustes apropiados, experimentar con distintas configuraciones, y disparar. El usuario ideal de una cámara réflex es una persona que disfruta tanto de los preparativos de una foto como de la foto final en sí. Es un usuario muy paciente.
Siempre me gusta utilizar esta metáfora: la fotografía réflex equivaldría a un exquisito Estofado cocinado a fuego lento. La fotografía con cámara compacta sería, en cambio, una especie de comida precocinada, congelada y hecha posteriormente en medio minuto al microondas. Práctica, rápida, pero sin sabor.

Bonus Track: Tu cámara no es profesional (necesariamente)

Hay gente que se compró una cámara réflex digital de perfil principiante, la Nikon D3100 por ejemplo, y un año después seguían pensando que era una cámara profesional. Es una confusión muy común.
Cámara réflex y cámara profesional no quieren decir lo mismo. Réflex quiere decir el tipo de cámara, o el mecanismo con el que funciona (que es mediante un espejo que tiene en su interior). Profesional es una gama dentro de las réflex. No todas las cámaras réflex son profesionales. Dentro de las cámaras réflex encontramos las de principiantes, las de usuarios avanzados, y ya las profesionales. No es que sea bueno comprar una profesional ni malo comprar una de principiantes. Es más: recomiendo a los usuarios principiantes se abstengan de cámaras réflex profesionales porque puede ser muy contraproducente para el aprendizaje.
Por favor si acabas de comprarte tu primera réflex y estás descubriendo que no es una cámara profesional no te entristezcas 🙁 no pasa nada. Puedes hacer grandes fotos con una cámara de principiantes. Las réflex profesionales ofrecen características que un usuario principiante seguramente no necesita, y lo único que te van a causar son complicaciones, creeme.

Después de leer esto ¿cómo te quedas? ¿decepcionado? ¿frustrado?
Si te sirve de testimonio desde que utilizo cámaras réflex aprecio más la fotografía, disfruto con cada disparo, con cada detalle. El sonido del disparador de mi cámara réflex me provoca auténtico placer, no me canso de oirlo. Controlar con mi mano el objetivo en busca de enfoque, ver cómo los objetos y sujetos borrosos se van definiendo, a medida que muevo el enfoque, y se hacen más nítidos. Huuum. Me vuelve loco fotografiar a las personas difuminando por completo el segundo plano detrás de ellas. Luego les enseño el resultado en la pantalla de la cámara y veo en sus caras una expresión de agradable sorpresa, como si no creyeran lo guapos que son. Me encanta congelar la caída de una gota de agua, capturar relámpagos y cazar estrellas.
La cámara réflex hace que me sienta el artífice, un pequeño artesano. Es una satisfacción que una cámara digital compacta jamás me dará.
Jamás.