Cuando fotografías estás utilizando continuamente contraste, a través de los colores, de la luz, de las formas o de las texturas. Porque el contraste no es más que destacar un elemento por comparación a otro. Cada vez que lo haces, seas consciente o no, estás incluyendo el contraste en tus imágenes.
¿Para qué sirve el contraste?
Seguro que ya habrás oído hablar de la importancia de escoger un centro de interés en tus fotografías para que éstas no sean planas o aburridas, ¿Verdad?. Y de la importancia de, una vez lo hayas escogido, guiar al espectador a través de la composición hasta él. El ojo humano tiende naturalmente a dirigirse hacia aquello que destaca en una imagen. De un montón de pelotas de color azul, en la que haya sólo una amarilla, destacará la amarilla por contraste al resto y por lo tanto nuestra mirada se dirigirá automáticamente hacia allí.
Así pues, podemos considerar el contraste como una herramienta compositiva más y por ello es importante que aprendas a dominarlo y a añadirlo de forma consciente a tus imágenes. ¿Vemos cómo? 🙂
Aprende a identificar los tipos de contraste
Para empezar a utilizar algo primero hay que conocer un poco las posibilidades que te ofrece y sobretodo dónde puedes encontrarlo. Por suerte, contraste lo tienes en todo, lo más importante es que seas tú quien lo utiliza y que no acabe en tu imagen sólo por casualidad. Si eres consciente del contraste, podrás aprovechar otros elementos compositivos para complementarlos mutuamente en el camino hacia resaltar el centro de interés.
Contraste por color
Antes hemos presentado el contraste como la cualidad de destacar un elemento por comparación a otro. En color esto equivale a conocer y jugar con los colores complementarios y la armonía de los tonos, para conseguir mayor o menor contraste.
La máxima expresión de contraste por color se da entre los colores complementarios, que son aquellos que se encuentran opuestos en el círculo tonal.
Por el contrario, si te mueves dentro de un tono y sus matices más inmediatos ,(variaciones respecto a un mismo tono) el contraste será bajo.
- Espacio negativo: Puedes utilizar el espacio negativo a la vez que utilizas técnicas de contraste de color para resaltar tu centro de interés principal.
Contraste por escala (tamaño)
Si queremos resaltar un pie diminuto de recién nacido, ¿Qué hacemos con él? Exacto, compararlo con algo mucho mayor. Mira la siguiente imagen del piececito en las manos de un adulto. La misma imagen sin el contraste de tamaño, no nos permitiría hacernos una idea de su pequeño tamaño.
Contraste por significación
Este tipo de contraste no es más que contraponer situaciones opuestas o muy diferentes. Por ejemplo, un elemento estático junto a otro en movimiento, lo viejo y lo nuevo, la riqueza y la pobreza, etcétera. Este tipo de contraste, te permitirá añadir mucho significado a tus imágenes, incluso mucho más allá del contraste puramente visual.
Contraste por luminosidad
Otra forma muy interesante de aportar contraste a una imagen es a través de los juegos de luz. Un objeto iluminado de forma puntual resalta mucho más que una imagen de iluminación homogénea donde todo tiene la misma cantidad de luz. Jugar con este tipo de imagen, no sólo te proporcionará imágenes de contraste visual, si no que muchas veces, te permitirá añadir significados más profundos asociados a la luz o a la ausencia de ella. Hay dos técnicas extremas en el juego de la luz y el contraste con las que puedes practicar y seguro que no te decepcionarán. Seguramente ya las conoces, ¿Verdad?
- Fotografía en clave alta: Son aquellas imágenes donde predomina la luz. Se consigue con un fondo blanco o muy claro y mucha luz. Se asocian a lo positivo, a lo alegre o a la inocencia.
- Fotografía en clave baja: En estas, en cambio, predomina la oscuridad; lo oculto, el misterio, e incluso lo malvado, aunque a la vez es fuerza y elegancia. Aquí necesitarás un fondo negro o muy oscuro y poca luz.
Puedes leer sobre cómo conseguir cualquiera de las dos claves en este artículo.
Contraste por formas
A estas alturas ya podrás prever la explicación, ¿Verdad? 😉 Efectivamente, un contraste por formas se obtiene a través de dos o más formas opuestas o diferentes. Por ejemplo, una redonda dentro de un cuadrado, un camino sinuoso del cauce de un río al lado de una recta autopista, las picudas cimas de unas montañas y un valle plano… Toda esta combinación de formas también la consideramos contraste.
- Ritmo y romper el ritmo: El ritmo es la repetición de uno o varios elementos de forma más o menos pautada. Cuando esa pauta se ve interrumpida por un elemento que interfiere en el transcurso de este ritmo visual, lo conocemos como “romper el ritmo”. Este tipo de imagen también es una imagen de formas contrastadas.
Contraste por texturas
Cuando hablamos de texturas solemos pensar en cortezas de árbol, lana, rocas, o cualquier elemento con una clara textura identificable. No obstante, cualquier elemento que puedas fotografiar tiene una textura. Esta puede ser más lisa, fina o suave, o más rugosa, pero todo tiene textura. Ésta nos acerca a la imagen a través del recuerdo que tenemos de ella, permitiéndonos sentir e imaginar el tacto de las cosas a través de la imagen. Por eso siempre decimos que las texturas son un elemento importante de las imágenes, porque te permiten acercar al espectador a tu imagen y que se identifique con ella a través de este simple aspecto.
El contraste en Blanco y Negro
Las imágenes en blanco y negro toleran muy bien el contraste alto, que puede ir desde una imagen compuesta simplemente por blanco y un negro puros como expresión del mayor grado de contraste, a la utilización de otros tonos de gris intermedio. Cuanto más alejados estén esos tonos de gris del blanco o negro puro, menos contraste tendremos en la imagen.
Las imágenes de alto contraste, son imágenes de mayor fuerza visual y dramatismo, mientras que las de bajo contraste, son imágenes más suaves. Dependiendo del resultado que quieras obtener, puedes escoger entre unas u otras. Recuerda que las texturas son importantes, si sobreexpones o subexpones las perderás. A menos que lo hagas con alguna intención artística, es importante exponer correctamente para poder conservarlas.
El contraste es una forma más de la que dispones para hacer que el que admire tu imagen camine por ella de forma natural, para marcarle el camino tal y como quieres que lo recorra, como si de una flecha se tratara. El contraste es una herramienta de posibilidades infinitas, tanto formalmente como en las cantidades de significados que puedes aportar a tus diferentes imágenes. Así que ahora que ya os hemos presentado, asimílalo de forma tan natural como lo hiciste con tantos otros conceptos fotográficos. Te diré algo, ¿Sabes cuál es la forma menos pesada de aprender conceptos? Practicarlos. Si tuvieras que aprender a montar en bicicleta a través de manuales de uso, de teorías de masa y espacio o leyes de la gravedad, ¿Cuántas personas crees que montarían bicicleta hoy en día? 😉 La fotografía es como montar en bicicleta, hay que practicarla para aprenderla, eso no lo dudes, y lo mejor de todo, es que, igual que la bicicleta, una vez la aprendes de verdad, no tienes ni que pensarla, sólo dedicarte a disfrutarla.
Y ya sabes, si te ha gustado, te ha sido útil, te ha dado alguna idea para tus nuevas creaciones fotográficas y/o crees que alguna de tus amistades o familiares, amigos, vecinos, etcétera pueden estar interesados… Compártelo en Facebook, Twitter o Google+ (o en los tres a la vez) ¡Muchísimas gracias! 😉