¿Hay algo peor para un fotógrafo que perder una fotografía? ¿Algo peor que perder la oportunidad incluso de hacerla? Como fotógrafos, la verdad es que se me ocurren pocas cosas más terribles que perder una imagen. Bueno, sí, perderlas todas, o perder el equipo, pero no me voy a poner en lo peor 😉
Ahora bien, ¿qué debemos hacer para intentar minimizar al máximo esos instantes críticos o propensos a hacernos perder una buena imagen? La mayoría de ellos se pueden prevenir matando algunos malos hábitos que hemos adquirido con el tiempo o intentando directamente no adoptarlos de ninguna manera gracias al conocimiento previo de estos. Y como la información es poder, te dejo un listado de buenos hábitos que intentarán minimizar el riesgo lo máximo posible, ¿Los vemos?
Antes de salir
Siempre debe haber un «antes» muy meticuloso en casa previo a tu escapada. Es decir, tu fotografía empieza mucho antes de apretar el obturador estés donde estés. Empieza incluso el último día en que sacaste la cámara de su funda y te pusiste a hacer fotos como un loco.
1. Tarjetas de memoria
Asegúrate que las descargaste correctamente, de que tienes las suficientes y de que están en buen estado. Siempre recomendamos tener varias de menor capacidad que una de muchísima capacidad. El primer caso es algo más engorroso, pero minimiza el riesgo de que perdamos todas las imágenes en caso de que falle la tarjeta. Eso sí, si juegas con varias tarjetas, asegúrate de ser ordenado y no perder ninguna 😉
2. Baterías
Cargadas y más de una. No hay nada peor que llevar todo el material a cuestas, toda la ilusión, todo el madrugón, y ver que no tienes batería. Así que comprueba con tiempo que tienes las baterías cargadas al máximo y con tiempo suficiente para que, de no ser así, tengas tiempo de cargarlas antes de salir.
3. Escoge el equipo adecuado
Si tienes varias ópticas o varios cuerpos piensa qué tipo de imágenes vas a hacer y si realmente vas a necesitar ir cargando con 4 ópticas, dos cuerpos y un trípode para ir a hacer fotografías de pájaros… Ir cargado como una mula es terrible si es injustificado y a los 10 minutos se nos quitan las ganas y la oportunidad de movernos libremente en muchos ambientes. Piensa bien qué tipo de fotografías vas a ir a buscar y prepara tu mochila en consecuencia. Y, por supuesto, asegúrate de que todo el material está en buen estado, limpio, etcétera.
4. Establece un flujo de trabajo
Podríamos resumir los puntos anteriores en este. Un flujo de trabajo no es más que una forma ordenada y efectiva de hacer las cosas correcta y metódicamente con el fin de minimizar cualquier posible error.
5. Inspírate
Dudo que quede un rincón accesible al simple mortal que no haya sido fotografiado cientos de miles de veces. Buscar algo de inspiración previa del lugar, te da una idea de sus posibilidades y te permite planificar las imágenes que quieres obtener incluso antes de salir de casa. Ese siempre es un buen punto por el que empezar, y luego, claro está, dejarse llevar por el artista que llevamos dentro.
En plena escapada
Sé que nuestra parte artística odia las rutinas y las normas, pero a veces es necesario controlar un poco ese alma rebelde y establecer buenos hábitos previos al desmelene artístico posterior 😉 Veamos qué hacer una vez nos encontramos en posición.
6. Comprueba la ISO
Este es, lo reconozco, un típico error que condenadamente repito una vez tras otra. La ISO es la sensibilidad del sensor a la luz, a más ISO mayor sensibilidad, seguro que te suena, pero también más ruido en la imagen. Por ello sólo aconsejamos trabajar con ISO elevada cuando no disponemos de suficiente luz. Imagina que ayer estuviste tomando fotografías a 6400 ISO porque no disponías de casi luz. En ese momento estaba justificado, el ruido compensaba poder tener esa imagen. Pero hoy estamos a plena luz del día, podemos tener la nitidez que queramos, ¿vale la pena perderla por no ajustar bien este parámetro antes de empezar?
7. Escoge el Modo de disparo adecuado
Si bien siempre te animamos desde aquí a utilizar el modo manual de tu cámara, a perderle el miedo y a sacarle todo el jugo posible, no nos vamos a engañar, hay situaciones o escenarios en los que utilizar un modo manual, haría que te perdieras la imagen. Conocer los modos de disparo disponibles y saber cuándo es el momento de utilizar cada uno de ellos, es básico para trabajar adecuadamente en cada situación que se nos presente.
8. Sujeta bien la cámara
Que sí, que sujetar bien o no la cámara puede hacer que consigas o pierdas una imagen. ¿Que no me crees? Échale un vistazo a este artículo y me creerás 😉
9. Tu gran amigo el histograma
Es muy fácil de utilizar y de interpretar. Olvídate de mirar la pantalla para ver la exposición, ya que lo que te parece ver depende de la calidad de la pantalla en sí misma, de la luz del entorno, etcétera, y muchas veces dista bastante de la realidad. La única forma de no “ser engañado” en lo que a exposición se refiere, es aprender a utilizar el histograma, así que manos a ello, en un par de días ya será parte de tu rutina 🙂
10. Olvídate de la pantalla
Sí, sé que sobre todo para los que ya nacisteis en plena era digital con un Smartphone pegado a la mano, es casi imposible plantearse no mirar la pantalla. Pero piensa en todo lo que puede pasar delante de tus narices mientras toqueteas, amplías y miras la pantalla a cada disparo. Olvídate de eso, mejor realiza un primer disparo de prueba, comprueba el resultado de exposición, profundidad de campo, etcétera, y luego olvídate de la pantalla por un rato y déjate llevar por lo que tienes delante.
11. La cámara en la mano
Bueno, este es un consejo personal, pero por lo menos en mi caso, funciona. Si llevas la cámara en el bolso o la mochila, muchas veces dejas de hacer fotos por pereza, por considerar que esa escena no vale tanto la pena, o sencillamente porque, una vez has sacado la cámara, la has encendido, les has quitado la tapa al objetivo, lo que querías fotografiar, simplemente, se ha desvanecido.
12. Dispara en RAW
Si bien una buena imagen no debería nunca dejarse para el procesado, sí es cierto que si la imagen está bastante bien expuesta y encuadrada, las posibilidades de mejorarla en la edición de un archivo RAW son muchas. No obstante, no confíes demasiado en el procesado. Si una imagen no está bien expuesta o no te gusta el encuadre, arréglalo in situ, no hay mejor forma de asegurar una imagen que esa.
13. Madruga si es necesario
Ya sabes la magia que tienen ciertas horas del día como amaneceres, atardeceres, la hora dorada o azul, etcétera. Piensa de antemano si el lugar que vas a fotografiar mejoraría en un momento del día concreto. Por ejemplo, para un paisaje un amanecer es mágico, igual que para retratos la luz del atardecer es preciosa. Pero quizá, si quieres retratar el bullicio de una ciudad en plena hora punta, sea mejor otra hora completamente distinta.
Bonus: ¡los sentidos bien alerta!
Tómatelo como un trabajo (uno agradable 😉 ), concéntrate en lo que tienes delante, busca sus posibilidades, analiza las líneas, las formas, el ritmo de los elementos, el contraste, cambia el punto de vista, anticípate a la acción y sobre todo, ten paciencia, persevera, y disfruta de cada click del obturador.
¿Qué te parece? ¿Fácil, no? Los hábitos son como todo, se pueden aprender e integrar a base de repetición. Procura desterrar aquellos que se puedan interponer entre una buena imagen y afianzar aquellos que te facilitarán conseguirla 😉 Ah, y si te ha parecido útil, por favor, compártelo para que alguien más pueda beneficiarse de él. Gracias y hasta la próxima 🙂