La semana pasada publiqué un artículo cubriendo en profundidad las características más destacadas de la nueva cámara réflex digital Nikon D3200. Y se lió la de San Quintín.
En cuestión de segundos desconcierto, pánico, pavor, terror y auténtico caos se adueñaron de la página de Fans en Facebook del Blog del Fotógrafo tras la publicación del artículo. ¿El motivo? Todo el mundo estaba preocupado de si esta Nikon D3200 iba a ser mejor que la suya. Normal, queremos poseer el mejor equipo de fotografía y si no es así se nos viene el mundo abajo.
La mejor cámara de fotos del mundo..
No es para tanto, amigo. Créeme. No necesitas tener el mejor equipo del mundo, ni la mejor cámara de fotos, ni el mejor objetivo. Es cierto que, pudiendo elegir, conviene hacer una elección meditada, pero tu objetivo o fín nunca tiene que ser el hacerte con la «mejor cámara réflex». Siempre digo lo mismo: la mejor cámara de fotos no existe así que no hace falta que pierdas el tiempo. Las cámaras difieren una con respecto a otra, por ejemplo la Nikon D3200 supera a la Canon 600D en cosas, y la Canon 600D a la Nikon D3200 en otras. No puedes tenerlo todo y encima pagar muy poco, eso no existe.
Somos «consumistas», y adoramos las excusas
Por otro lado, los fabricantes siempre intentan lanzar nuevos modelos de cámaras que superen a las anteriores. Lo hacen a posta, para así tener a la gente tirando sus cámaras a la basura y comprando el modelo nuevo, por unos míseros 2 ó 3 megapíxeles de diferencia. Es el consumismo, las ansias de tener más, y más y más («el ansia viva» como diría José Mota). ¿Pero qué más da un poco de megapíxel menos, señores? ¿Por eso vamos a hacer peores fotos? ¿De verdad te crees que eso va a cambiar algo? No me imagino una tertulia de fotógrafos profesionales, de élite, la creme de la creme vamos, de estos que trabajan para el National Geographic y tal, reunidos en el salón de uno de ellos a altas horas de la madrugada disfrutando de una agradable y muy intelectual conversación de fotógrafos y uno de ellos, el de más renombre, diciendo: «¿Sabéis..? Tenía un momento irrepetible delante de mí, una foto que me pedía a gritos que la capturara, todo era ideal, la luz recaía por un ángulo exquisito y vestía a la modelo de un suave color cálido, la composición no podía ser mejor, el encuadre espléndido, el ángulo desde el que iba a disparar, todo estaba perfecto. Al final la foto salió malísima porque llevaba la cámara de 19 megapíxels y no la de 21. ¡¿Qué..?¡ ¿Por qué me miráis así….? ¡¡Me faltaban 2 megapíxeles!!».
Todo es relativo
Es más: a la gente se le caía la baba en el año 2005 (hace nada) cuando les hablabas de la Nikon D200: 10 megapíxeles y un precio de más de 1.500 euros. Incluso hubo fotógrafos profesionales altamente cualificados y muy admirados por sus trabajos que dispararon a mucho menos de 10 megapíxeles. ¡Y no pasa nada!
A lo que voy es a que no podemos estar en un perpetuo estado de preocupación por si sale al mercado alguna cámara que supere a la nuestra en algún aspecto.
Si estás a punto de comprarte una cámara de fotos réflex te recomiendo que hagas todas las investigaciones oportunas, vas a hacer una inversión y más te vale hacerla bien. Si YA tienes tu cámara, amigo, te recomiendo que CIERRES el tema. Ya está. En el momento en que sales de la tienda con tu nueva cámara ahí da comienzo una nueva relación amorosa a la que tienes que alimentar, mimar y cuidar.
Lo único que te hace falta para hacer fotos es una cámara de fotos. Si ya la tienes entonces déjate de pretextos. Sal y haz fotos.
Con cariño – Mario