Lluvia, la excusa perfecta para no salir a la calle con tu cámara… ¿verdad? Pues mi intención hoy es convencerte de lo contrario. A lo largo del artículo voy a mostrarte que no es un impedimento, la pereza sí. La fotografía de lluvia es una oportunidad para aprender y lograr preciosas imágenes, frescas, nostálgicas o ingeniosas. Deja volar tu creatividad, practica, aprende y ¡»mójate»! ¿Que cómo? Sigue leyendo y verás.
A continuación voy a darte unas cuantas razones para abandonar la comodidad del sofá en busca de las gotas de lluvia y algunas ideas y consejos para aprovechar al máximo este fenómeno meteorológico pero sin que tu cámara muera en el intento…
Y si lo que quieres es profundizar en la fotografía de naturaleza, esta es nuestra guía más completa, con consejos, trucos y mucha inspiración.
¿Por qué hacer fotograía de lluvia?
- Es una oportunidad para aprender: fotografiar la lluvia requiere un poquito de práctica y experiencia, por lo que es una excelente oportunidad para que aprendas a manejar tu cámara, controlar la velocidad de disparo, la profundidad de campo… ¡Pero no te desesperes antes de tiempo!
- Cambia el paisaje: la luz, el color de la tierra, de las plantas, los reflejos del pavimento mojado. Todo lo que te rodea intensifica su color y adquiere un brillo difícil de encontrar en otros días.
12 consejos para una impresionante fotografía de lluvia
Si te ha quedado claro por qué debes salir corriendo a retratar la lluvia en cuanto la oigas chispear, aquí te traigo 12 consejos y trucos que podrás aplicar para conseguir impresionantes fotografías de lluvia:
- Ajusta la velocidad de obturación: prueba con distintas velocidades, lo más probable es que tengas que ajustar por encima de 1/250, aunque dependerá del efecto que desees. Haz diferentes pruebas y practica con el resultado que más te guste.
- Si la lluvia es muy fina esta velocidad no te permitirá capturarla y tendrás que bajar la velocidad hasta 1/30. Obtendrás las gotas como si fueran finos hilos alargados. En este caso te puedes ayudar de un trípode u otro soporte donde apoyar tu cámara para que tu imagen no resulte movida.
- Capta toda la luz que puedas: utiliza una apertura grande, lo ideal sería un f/1.4, pero tendrás que adaptarte a lo que te permita tu equipo. Sube el ISO pero con precaución, recuerda el problema del ruido.
- Observa el entorno: las siluetas de los paraguas, el colorido de la ropa, los reflejos del suelo y de los charcos… Mira a las ventanas de los edificios, tal vez encuentres una bonita imagen de alguien observando la lluvia. Estate atento a estos detalles y captúralos con tu cámara.
- Ponte detrás de un cristal y capta las gotas de lluvia con un fondo difuminado.
- Si lo que te gusta es la fotografía de niños o simplemente fotografiar a tus hijos, vístelos con un impermeable chillón, un paraguas colorido y unas botas de agua divertidas y vete al parque o busca los charcos, déjalos que se diviertan, que se mojen y que disfruten saltando y salpicando. Tendrás un montón de instantáneas preciosas e inolvidables.
- Busca los rayos que se escapan del sol o los reflejos dorados entre las gotas de lluvia para lograr efectos como este.
- Cuenta una historia en tu fotografía de lluvia: los días de lluvia pueden resultar realmente melancólicos y nostálgicos. Utiliza el blanco y negro para acentuar esas emociones y conviértete en un poeta visual por un día.
- ¿Que no es una lluvia normal sino una fuerte tormenta? ¿Has probado a fotografiar los rayos? Lee este artículo imprescindible de Cómo Fotografiar Rayos de Tormentas en 12 Pasos
- Si estás cerca del mar en un día de tormenta, con lluvia y olas de órdago no pierdas la oportunidad. Eso sí, no arriesgues demasiado tu equipo y menos aún tu vida, hazte con un tele y ponte a una buena distancia.
- Practica, practica y practica. Esta es la regla de oro. Y no olvides algo fundamental en tu equipo… ¡la paciencia! Si te la dejas en casa estarás perdido…
- No por ser el último consejo es el menos importante ¡todo lo contrario! Lo primero y más importante a la hora de hacer fotografía de lluvia es proteger tu cámara. Por todos es sabido que la cámara y el agua no son buenos amigos y por mucho que nos guste fotografiar la lluvia… ¡no vamos a arriesgar la vida de nuestro equipo! Aquí tienes algunas ideas sobre cómo proteger tu equipo:
- Utiliza fundas de plástico específicas, un paraguas o resguardarte bajo un techado, aunque esto último no lo recomiendo demasiado porque tanta limitación de movimientos ahogará tu creatividad.
- Usa el parasol del objetivo.
- Ten a mano un trapo limpio para secar de vez en cuando las salpicaduras o el agua que le haya podido caer a tu cámara.
- Por supuestísimo, si quieres cambiar el objetivo, resguárdate bien, no te conformes con un techado, evita la humedad refugiándote en un local o en el coche si estás en medio del campo.
- Guarda la cámara en la bolsa antes de entrar en un lugar cálido, el cambio de temperatura puede hacer que el agua se condense entrando en la cámara.
- Cuando guardes tu equipo, pon bolsas de silica para que absorban la humedad (las puedes encontrar por ejemplo cuando compras algún calzado, son esas bolsitas pequeñitas que vienen dentro con unas bolitas).
Si aún no te he convencido, te dejo otros ejemplos de fotografías de lluvia, a ver si así terminas de animarte, que a mí después de escribir esto… ¡me ha entrado tanto el gusanillo que voy a aprovechar que llueve para lanzarme a la caza de las gotas de agua! 😉
Ahora, déjame pedirte dos cosas:
- La primera, por favor recomienda el artículo en Facebook, Twitter o Instagram, así ayudas a difundir estas ideas.
- La segunda, haz fotos, demonios. Todo el tiempo que dedicas leyendo teorías que luego no llevas a la práctica, es tiempo perdido. Haz fotos, por favor.