Las cámaras Full-Frame son objeto de deseo por la mayoría de los fotógrafos, profesionales y aficionados. Existe una creencia casi unánime de que una cámara réflex, si no es Full-Frame, no es buena.
En el post de hoy me gustaría provocar un debate y ver qué opinas al respecto de este tipo de cámaras. Pero antes, démosle a esto un poco de contexto.
¿Qué es una cámara Full-Frame?
Antaño, cuando sólo había cámaras analógicas, el tamaño de la película, esos 35mm, era un estándar. Y así como pasó con los teléfonos móviles, que fueron haciéndose cada vez más pequeños (¿te acuerdas de los teléfonos móviles que cuando salieron pesaban 2 kilos?), las cámaras de fotos también fueron evolucionando y, al hacerse digitales, sustituyeron la película por el sensor digital.
La industria fotográficas supo reducir el tamaño de esos sensores y por consiguiente los cuerpos de las cámaras de fotos, sin que se notase apenas deterioro alguno en la calidad de las fotos. Esto fue acompañado por una evolución en los sensores, que pasaron de unos pocos megapíxeles a cifras de 16 y 21 megapíxeles para cámaras de fotógrafo aficionado. Lo mismo con la calidad del sensor: su rendimiento en situaciones de escasa luz fue mejorando, ofreciendo mayor sensibilidad a la luz, menor ruido, y mejores y más precisos píxeles. Robert Capa lo habría flipado si tuviera acceso a una cámara de fotos compacta de aficionado, ya no te digo si es réflex digital.
Esta reducción en el tamaño del sensor de las cámaras réflex ha repercutido positivamente en el precio de las mismas, lo cual ha permitido que muchos usuarios accedieran a un mercado que estaba reservado sólo a los más pudientes. Esto es posible gracias a estos sensores medianos y pequeños (por ejemplo los sensores tamaño APS-C) que hoy en día la mayoría de las cámaras réflex de aficionado llevan.
Pese a esta evolución, muchos miran su cámara réflex con pena e insatisfacción al no ser ésta una Full Frame. Al no llevar sensor con tamaño grandote equivalente al de una película 35mm como las que se usaban en las analógicas.
Quiero que tomes partido en este debate. ¿Hace falta una cámara Full Frame para ser un buen fotógrafo? Sí, sí, la foto no la hace la cámara, sino el fotógrafo, pero aun así quién sabe, si parte del mérito lo tienen las Full Frame, habrá que admitirlo. ¿O qué?
Ventajas de una Full Frame
- En una cámara réflex Full Frame se aprovecha todo el encuadre del objetivo. En ellas, un objetivo gran angular es realmente «gran angular», a diferencia de las réflex de sensores más pequeños donde, debido al tamaño del sensor, los laterales del encuadre se quedan sin cubrir, y un gran angular o un ojo de pez deslucen mucho.
- Una Full Frame tiene los píxeles más grandes lo cual repercute en menor ruido y mejores fotos a sensibilidades ISO altas.
Inconvenientes de una Full Frame
- Un teleobjetivo es menos teleobjetivo. Básicamente se produce también el efecto contrario al primer punto que comentaba en la sección ventajas. Debido al tamaño del sensor, un teleobjetivo de 200mm te da ese nivel de «zoom» digamos, esos 200mm, lo cual está genial, pero es que con una réflex de sensor más pequeño ese mismo objetivo de 200mm se convierte en unos 300mm, así de golpe.
- En una Full Frame las imperfecciones ópticas de los objetivos son más visibles alrededor del objetivo, esto es, en el borde del encuadre. Las cámaras Full Frame, al captar toda la luz proyectada por el objetivo, no son capaces de eliminar estas aberraciones (cromáticas, de viñeteado) que acompañan algunos objetivos. Con una cámara de sensor más pequeño, en cambio, estos fallos son eliminados automáticamente ya que el sensor de por sí sólo alcanza capturar el centro de la imagen.
Full-Frame. ¿Sí o no?