Nota de Mario: Atendiendo un reclamo popular de muchos lectores, hoy de la mano de Iaio descubriremos trucos para recuperar fotos de una tarjeta de memoria dañada.
Uno de los principales componentes que suele pasar desapercibido a los ojos de muchos fotógrafos de hoy en día es la tarjeta de memoria de la cámara fotográfica. Podría decirse que ésta, junto al sensor, reemplaza lo que antes era la función de la película. Ambos abrieron las puertas a la era de la fotografía digital.
Las tarjetas de memoria, más allá de que no tengan componentes móviles, no están exentas de fallos, problemas y borrones accidentales, que puedan llegar a provocarte un colapso nervioso. Es por esto que he preparado esta sencilla guía para que puedas recuperar tus fotografías, o por lo menos, para que lo intentes. Por intentar que no quede 😉
¿Cómo funcionan las memorias flash?
No es el momento ni el lugar para ponernos a ahondar en cómo es el funcionamiento técnico de las tarjetas de memoria, ya que el proceso es difícil de explicar y entender y además no viene mucho al caso, pero aquí te dejo una pequeña aproximación para que puedas hacerte una idea (si te lías con las explicaciones técnicas y no te interesa mucho, te puedes saltar esta parte):
Básicamente, estas memorias funcionan de un modo similar a como lo hacen las memorias RAM de los dispositivos y ordenadores que utilizamos a diario, con la diferencia de que las memorias flash, dentro de las cuales están las SD, trabajan almacenando información de manera no volátil, es decir, que no se borra al cortar la corriente, apagar la cámara o al retirarlas de algún dispositivo como sí pasa con las RAM. Como dije anteriormente, estas memorias no tienen partes móviles como los discos rígidos de los ordenadores, la información se almacena en pequeños chips que garantizan muchísima más velocidad, mayor durabilidad y un tamaño muy reducido.
Es por esto que este tipo de memorias se han convertido en la mejor opción para que nuestras cámaras almacenen las fotografías.
¿Por qué se puede perder la información?
Así como los fotógrafos que utilizan cámaras a rollo o película sufren cuando uno de los mismos se velan, los que utilizan cámaras digitales lo hacen cuando se dañan las memorias. Pero no sólo el daño al sistema de archivos es el responsable de tanto pánico, sino que también los accidentes al eliminar fotografías, aportan más fuego a este incendio.
Las principales causas de tener que recuperar los datos son:
- Fotos borradas accidentalmente de la memoria.
- Formateo accidental.
- Errores en la tarjeta que no permitan acceder o visualizar los archivos.
- La infección por un virus
- Un fallo energético
- Apagar la cámara mientras ésta trabaja con los archivos.
- Retirar la memoria con la cámara encendida.
- Guardarlas en condiciones contrarias a las recomendaciones del fabricante: humedad, calor, etc.
¿Qué hacer para recuperar tus fotografías perdidas accidentalmente?
Lo primero que hay que hacer es no entrar en pánico, respirar hondo y leer atentamente las siguientes recomendaciones que tengo para ti:
Deja de usar la memoria:
Si has borrado accidentalmente fotografías o si tu cámara u ordenador te indican que la memoria no tiene formato o que no tienen ningún archivo dentro, es importante que no te dejes llevar por la desesperación y no intentes ningún procedimiento alocado que pueda dañar los archivos que, por increíble que parezca, aún están dentro.
Cuando una tarjeta de memoria de daña o se borran archivos accidentalmente de la misma, los datos seguirán allí almacenados, por lo menos hasta que los sobrescribas. Si, siguen allí, los archivos permanecen guardados en los sectores de almacenamiento de tu tarjeta de memoria y mientras no los “pises” con archivos nuevos (fotos nuevas), es muy probable que aún puedas recuperarlos, incluso si ya la has formateado.
Conecta la tarjeta al ordenador:
Para poder trabajar con mayor comodidad y seguridad, te recomiendo que utilices un lector de tarjetas de memoria para conectarla al ordenador. El paso por el mismo es obligado en esta instancia ya que no hay forma de realizar este procedimiento directamente desde la cámara.
Si aún no tienes un lector de tarjetas de memoria, te recomiendo que te hagas con uno ya que es un accesorio, desde mi punto de vista, fundamental. Con el mismo te evitas estar constantemente utilizando la cámara como medio de conexión con el ordenador, lo que podría causar:
- Daños por el excesivo uso de la ficha de conexión usb de la cámara.
- La necesidad de contar con controladores para los distintos sistemas operativos en los que puedas llegar a conectarla.
Recupera tus archivos:
Para poder acceder a los archivos almacenados en lo profundo de tu memoria, es necesario que utilices algún programa desarrollado específicamente para dicha tarea. Con sólo realizar una búsqueda en Internet, encontrarás muchísimas opciones gratuitas y otras no tanto para poder recuperar tus fotografías. A continuación te dejo algunos programas que he utilizado y con los que he obtenido muy buenos resultados:
- Recuva: una opción fácil, sencilla y rápida a la hora de recuperar todo tipo de archivos borrados tanto de ordenadores como de memorias flash. Mediante un asistente te guiará a través de las distintas opciones de recuperación que ofrece y los tipos de archivos que estés buscando. Una muy buena opción es que te permite previsualizar las fotografías antes de recuperarlas y con sólo un par de clics las habrás recuperado.
- Zar: es un pequeño pero poderoso programa que realiza un análisis mucho más profundo que el Recuva. Al ser más potente también es más lento, un análisis de una pequeña tarjeta puede llevarte algunas horas. Es extremadamente útil si la tarjeta está tan dañada que ni Windows la reconoce. La versión gratuita de este software sólo te permitirá recuperar archivos fotográficos.
- Card Recovery: de todos los programas de recuperación de imágenes que conozco éste es el que mayor tiempo tarda, y cuando hablo de mucho, digo muchísimo tiempo, pero es realmente efectivo, y al igual que el Zar también permite recuperar archivos en tarjetas de memoria no reconocidas por el ordenador. Igual quédate tranquilo que a medida que va encontrando archivos los lista en la pantalla por lo que en cualquier momento del análisis puedes pararlo y recuperar los archivos listados hasta entonces. La versión gratuita tiene un límite de escaneos completos posibles.
- File Scavenger: esta potente aplicación me ha salvado infinidad de veces por lo que a pesar de ser de pago, si estás dispuesto a realizar el gasto, te aseguro que harás rendir cada euro invertido.
- Recover my photos: recuperar fotos es muy sencillo gracias a este programa, que al igual que el File Scavenger, a pesar de ser de pago, es una excelente opción a tener en cuenta para aquellos dispuestos a gastarse unos euros en él. Cuenta con una versión destinada a técnicos y especialistas aunque su coste es realmente alto.
Por último, algunos consejos para minimizar los riesgos
Compra Calidad: en la medida en que tu presupuesto te lo permita, compra tarjetas de memoria de calidad. Las mismas se dividen por clases, y estas clasifican a las memorias respecto de la velocidad de escritura con la que trabajan, así las memorias clase 2 son muchísimo más lentas, y por consiguiente menos fiables, que las clase 10.
Ten paciencia: al terminar de tomar tus fotografías, no te apures a retirar la tarjeta de la cámara para bajarlas al ordenador. Puede ser que, aunque no nos lo indique la luz intermitente, se siga procesando información que truncaremos en el apuro. Ten el mismo cuidado respecto de apagar la cámara repentinamente luego de usarla para evitar el mismo problema.
Realiza respaldos periódicos: una de las formas por excelencia para mitigar los riesgos respecto a la pérdida de fotografías producto de fallos u errores, es realizar respaldos frecuentes de las mismas.
No te confíes: ante el primer mensaje de error de la cámara respecto a fallos en la memoria flash, deja de utilizar dicha memoria. Es posible que haya sido solo algo momentáneo que se solucione apagando y encendiendo la cámara, pero es un indicio más que importante de que algo está fallando. El que avisa no traiciona.
No tires los estuches: esa pequeña cajita de plástico en la que suelen venir las memorias no es sólo una pieza de packaging que el fabricante incluyó para hacer más bonito el producto, sino que están diseñados para proteger a las memorias de los posibles golpes, la humedad y todo el daño físico que pueda llegar a sufrir tu memoria.
Divide y triunfarás: es una buena estrategia para reducir el riesgo y prevenir pérdidas importantes de información, utilizar varias tarjetas de memoria de menor capacidad en lugar de una de gran capacidad. Si alguna de ellas fallara, aun tendrás gran parte de tu trabajo a salvo en las otras.
Realiza mantenimiento: a medida que utilizas tu memoria, la conectas de dispositivo en dispositivo, la llenas y la descargas, el sistema de archivos de esta se va “ensuciando”. Una buena manera de limpiarlo es realizándole un formateo cada cierto tiempo. No te recomiendo que lo hagas constantemente, pero sí, si has estado utilizando dicha tarjeta en más de un equipo al mismo tiempo.
Estado general: también puedes prestar atención al desgaste que sufren sus conectores y la cubierta plástica que las protege, ya que si están muy desgastados es más probable que puedas llegar a tener algún inconveniente en el corto plazo.
Sé cuidadoso: a pesar de ser dispositivos resistentes, no por ello debes de confiarte y no cuidarlas como realmente se merece el lugar donde irán guardadas tus fotografías, por lo menos hasta que las descargues al ordenador. Mantenlas alejadas de la humedad, del calor y de los golpes ya que cualquiera de ellos en exceso podrán producirles daños que no podrás reparar con ningún software.
No siempre es posible recuperar la información de una memoria cuando el daño que sufrió la misma no es a nivel de su estructura de datos, sino que es físico. Pero si eres muy cuidadoso con la misma, la tarjeta te acompañará a lo largo de muchas fotografías.