Los estabilizadores o sistemas de estabilización en fotografía ya forman parte de la jerga habitual de cualquier fotógrafo aficionado y profesional. Los profesionales ya saben de qué va, el aficionado medio ha probado sus bondades o ha oído hablar de ellos, pero los nuevos forofos de la fotografía acaban de topar con ellos y no saben muy bien de qué van.
No porque sea difícil de entender, ni mucho menos, pero es que hay tantas cosas por aprender, por decidir, por comparar… Que lo mejor es ir desglosando poco a poco todos los conceptos que forman el gran TODO que llamamos fotografía. Así que lo mejor es que veamos rápidamente y de forma sencilla qué es un estabilizador, cómo funciona y cuándo debemos utilizarlos.
¿Qué es un estabilizador de imagen?
Ya hemos comentado alguna vez la importancia que tiene utilizar una velocidad mínima cuando buscamos nitidez en nuestras imágenes. Seguro que trasteando con tu cámara dentro de casa te habrá salido más de una imagen movida, borrosa o con una falta evidente de nitidez. Bien, eso es porque hay determinadas situaciones en las que carecemos de una luz ambiental adecuada y mínima para que nuestra cámara sea capaz de congelar el movimiento.
En estas situaciones en las que la luz ambiente nos es escasa, un estabilizador nos permite disminuir las vibraciones que provocamos al sujetar la cámara a pulso; El estabilizador corrige el movimiento o trepidación que nosotros creamos al sujetar la cámara y no el movimiento de la imagen en sí. Es decir, si un ciclista pasa a toda velocidad delante de ti en plena noche, el estabilizador NO va a congelar la imagen. Eso sólo lo puedes conseguir trabajando a velocidades elevadas, lo que de noche es complicado 😉
¿Qué sistemas de estabilización existen?
Básicamente podemos dividir los estabilizadores en dos tipos según dónde se encuentren.
En el objetivo de la cámara (también conocidos como estabilizadores ópticos)
Este sistema es el utilizado por marcas como Nikon (VR), Canon (IS), Panasonic, Lumix o Leica (Mega OIS) entre otras. Con este sistema, la estabilización se consigue a través de unos sensores (giroscopios) que detectan el movimiento de la cámara y transmiten la información a las lentes de estabilización, que actúan como un prisma flexible permitiendo alterar el ángulo de luz que lo atraviesa, en dirección contraria al movimiento de la cámara. Es decir, a través de un sistema de lentes, se corrige el ángulo generado por el movimiento, llegando así la imagen estabilizada al sensor.
Ventajas
- Al estar situados en la óptica, cada una lleva el sistema específico que mejor se adapta a él, y por lo tanto suelen ser más precisos y efectivos.
- La imagen llega estabilizada al sensor, por lo que la veremos estabilizada antes de disparar.
Desventajas
- Su utilización consume más batería.
- Sale más caro que en el cuerpo de la cámara, ya que tienes que pagar por el sistema cada vez que compras un objetivo.
En el cuerpo de la cámara (también conocidos como estabilizadores mecánicos)
Es el sistema que utilizan marcas como Pentax (SR), Sony (SteadyShot) u Olympus entre otras. En este caso, el movimiento se detecta a través de unos sensores situados en el cuerpo de la cámara que corrigen la imagen trepidada a través del movimiento del sensor situado en el cuerpo de la cámara. Es decir, no se mueven lentes sino que es el mismo sensor el que se mueve para compensar la imagen.
Ventajas
- Es más económico, ya que sólo pagamos por el sistema una vez y no con cada objetivo que utilicemos.
Desventajas
- No es tan preciso, y puede resentirse algo cuando utilizamos los teleobjetivos, ya que este sistema no tiene en cuenta la longitud focal del objetivo.
- Aumenta el uso de batería.
¿Cómo se utiliza el estabilizador?
No todos los estabilizadores disponen de ambos modos, pero empiezan a ser cada vez más comunes en los nuevos modelos.
Modo normal: Es el más recomendable cuando queremos reducir la trepidación ocasionada por el movimiento que genera nuestro pulso, o lo que es lo mismo, en la mayoría de situaciones.
Modo activo: Es adecuado para eliminar trepidaciones asociadas a un movimiento lineal externo al fotógrafo, por ejemplo desde un coche, una moto, un barco, etcétera.
¿Cuándo debemos utilizar los sistemas de estabilización?
- Cuando disponemos de poca luz ambiente y nos vemos obligados a trabajar con velocidades de obturación por debajo del mínimo indispensable para que las imágenes no salgan trepidadas (recuerda que la referencia de estas velocidades mínimas es: velocidad de obturación= 1/Distancia focal del objetivo).
- Cuando trabajemos con teleobjetivos. A medida que aumenta la focal, debemos trabajar con velocidades más rápidas, ya que las trepidaciones se hacen más evidentes.
¿Y por qué no usar los sistemas de estabilización siempre?
Si estás disparando a pleno día, con buena iluminación, a velocidades altísimas, un estabilizador no va a aportar nada a tu imagen, va a gastar batería, va a ralentizar el proceso si quieres disparar en ráfaga, etcétera. Un estabilizador tiene muchísimas ventajas y grandes resultados, pero siempre y cuando éste sea necesario. Si no es así, lo mejor es prescindir de él.
- Puede reducir la nitidez de la imagen (todo lo que añadas delante del sensor lo hace en mayor o menor medida 😉 )
- Gasta batería
- No aporta nada a la imagen en situaciones de mucha luz
- Ralentiza el disparo cuando necesites disparar en ráfaga
- Montado sobre un trípode puede malinterpretar la información y tratar de corregir un movimiento inexistente que nos puede llevar a imágenes erróneas
Haz la prueba
Si has adquirido tu cámara de forma relativamente reciente, es posible que incluso tu objetivo del kit (si es Canon, Nikon, Leica, etcétera) ya incluya estabilizador de imagen. O si tu adquisición corresponde a alguna de las marcas que lo llevan integrado en el cuerpo de la cámara, es probable que, si es bastante nueva, también lo tengas. Si no estás seguro analiza el objetivo de la cámara en busca de las famosas siglas correspondientes a cada marca, o el manual de instrucciones de tu cámara para que veas si lo tienes incorporado y/o activado. Una vez tengas claro si dispones o no de ellos y suponiendo que es así, te recomiendo que lo pruebes por ti mismo para ver los resultados.
Recuerda que los sistemas de estabilización nos ayudan a conseguir imágenes de mayor nitidez cuando las condiciones ambientales (luz) nos son adversas, pero siempre dentro de unos límites. Es decir, es una pequeña ayuda en situaciones en las que la luz escasea para eliminar el movimiento de nuestro pulso. Si las condiciones son las óptimas para su uso, los resultados son notablemente mejores con estabilizador que sin. Haz la prueba cuando la luz escasee y notes que la falta de nitidez de tu imagen se debe a tu mal pulso 😉 Pruébalo con y sin estabilizador y verás la diferencia. Haz otra prueba cuando dispongas de luz más que suficiente para trabajar a velocidades elevadas, con y sin estabilizador y comprueba el resultado. Por último, pruébalo en situaciones de luz insuficiente, verás como milagros tampoco puede hacer 😉 y cómo afecta al resultado final de la imagen: ¿Qué sucede cuando hay algo en movimiento en la imagen? ¿Qué sucede cuándo la imagen es estática pero no dispongo de un mínimo de luz?
Para exprimir al máximo las posibilidades y las bondades del estabilizador óptico, debes aprender a familiarizarte con él. Así podrás beneficiarte al máximo de su potencial sin que otros elementos se resientan (batería). Como todo, la práctica y la familiarización con tu equipo son básicos para que utilices todas las ayudas tecnológicas a tu favor, para mejorar tu vida y no para complicártela 🙂
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