Fotografiar un bebé te puede parecer la tarea más fácil del mundo, tan pequeñitos, inocentes, que no se mueven… ¡Eso es porque no lo has intentado nunca! Si lo has hecho alguna vez, sabrás que es una misión de alto riesgo para tu salud mental o incluso física si hablamos de bebés más grandecitos. Un bebé, sea recién nacido o tenga once meses va a poner a prueba tu paciencia, tu creatividad, tu capacidad de planificación y de resolución. Dicho así, puede que te hayan entrado ganas de salir corriendo si ves un bebé y andas con la cámara en mano o si un familiar te pide una sesión. No te lo recomiendo, pues a pesar de ser complicado es de lo más gratificante. Además, ¡una gran prueba para practicar fotografía! ¿Te la vas a perder?
Ahora bien, puedes lanzarte al ruedo en plan porta gayola o guardarte algunos ases bajo la manga para no tirar la toalla a los cinco minutos de sesión por la desesperación. Si te quedas te cuento algunos sencillos trucos que pueden hacerte la sesión algo más fácil. Además de lo que te voy a contar hoy, tienes muchos más trucos y consejos en la mega guía sobre fotografía de bebés que hemos publicado en el blog para ti. Para fotografiar recién nacidos tienes esta otra completísima guía con consejos para fotografía newborn.
1. Buscar un ayudante
La fotografía es un pasatiempo que suele practicar en soledad, a solas con tu cámara, claro. No necesitas a nadie más, a no ser que estés retratando gente, pero eso ya es otra cosa. O que estés haciendo una sesión algo más profesional y necesitas un ayudante de sherpa, sujetando los reflectores, con los flashes, etcétera. El otro caso en el que necesitas ayudante si no quieres acabar tirándote de los pelos es en una sesión con bebés. No necesariamente tiene que ser alguien que entienda de fotografía, pero sí que tenga kilos de paciencia, especialmente para aguantarte a ti si te pones de los nervios 😉 pero sobre todo para lidiar también con el bebé. Puede ser el papá o la mamá del bebé o alguien de tu confianza que esté dispuesto o dispuesta a sujetar una manta, limpiar un culito de bebé, vigilar que no se caiga, hacerle monerías y un largo etcétera… (cuanto más polivalente sea tu ayudante mejor 😉 )
2. Planificar la sesión
Con los bebés en muchas ocasiones se debe recurrir a la improvisación, por eso mismo, todo lo que puedas planear con antelación, mejor que mejor, así tu dosis diaria de improvisación la dejas para lo que surja, que surgirá. Planifica el atrezzo, el vesturario, las posturas, ten preparado el equipo, el sitio… Todo lo que lleves adelantado será bienvenido, aunque luego haya cosas que tengas que replantearte o modificar (que las habrá, seguro).
3. White noise
Para dormir a los recién nacidos hay un truco que funciona muy bien y es utilizar el conocido «white noise», que es un ruido constante como el de un aspirador, secadora, etcétera. Puedes enchufar un aspirador cerca o mucho más fácil: descargarte una aplicación como esta.
4. Dormirlo con la postura que deseas
Ya que estás con el white noise de fondo para dormir a esta deliciosa criatura, si la duermes en brazos, colócala ya en la postura que desees que tenga para la próxima foto (o lo más parecido), así corres menos riesgos de que se despierte al moverla o traquetearla.
5. Utilizar pañuelos de papel
Seguimos con los consejos para recién nacidos (hasta nuevo aviso). Como lo más probable es que quieras hacerle fotos sin ropita (y por tanto sin pañal) lo más probable por no decir lo más seguro es que se haga pipí (por lo menos). Usar una toallita es tentador, pero mejor si les secas con un pañuelo de papel o una gasa, así no se despertarán (con lo que te ha costado), que las toallitas están muy frescas y ya habrá tiempo de limpiarle el culito.
6. De tapado a destapado
Los recién nacidos necesitan estar muy arropados. Han estado nueve meses en un espacio minúsculo, apretaditos, seguros. Por eso procura comenzar la sesión con el recién nacido bien envuelto, por ejemplo, en una manta, gasa o en un peanut y ve poco a poco destapándole dejando las fotos sin ropa para las últimas. Si el bebé está cómodo llorará menos y todo será más fácil.
7. Usar un cambiador de plástico debajo de la primera manta
Si no quieres liarla parda a la primera de cambio, pon un cambiador de plástico debajo de la primera capa de mantas sobre la que vas a poner al recién nacido. De esta forma, cuando haga pipí sólo tendrás que cambiar una manta, el puff y el resto de textiles quedarán a salvo. Si no te vas a pasar más tiempo poniendo lavadoras que lo que dura una sesión fotográfica y su posterior edición.
8. Recurrir a muñecos «atrapa-atención»
Paso ya a contarte trucos para bebés algo más grandecitos, que ven y fijan la mirada en lo que les llama la atención. Y digo lo de la mirada porque existen unos muñecos para acoplar a la cámara que son la mar de graciosos y que lo más probable es que sus miradas no se resistan. Por ejemplo el de la siguiente imagen, aunque tienes más aquí.
8. Hacer uso de cubos o cestos
Los cestos y los cubos no tienen una función meramente decorativa. Se utilizan con bebés que ya gatean, se arrastran o caminan para que no se escapen. Por muy tranquilitos y tiernos que parezcan en las fotos, en realidad son pequeños terremotos, dulces y maravillosos, sí, pero terremotos 😉 Mete a tu mini modelo en un cubo o un cesto (pon un peso al fondo para que no vuelque) y te ahorrás tener que ir persiguiéndole 😉
9. Preparar un elemento sorpresa
Para cuando los bebés un poco más grandes comiencen a cansarse de que alguien les persiga con un artefacto en mano, debes tener preparado un elemento sorpresa, dícese pinturas, pompas, globos, serpentinas o incluso un animalito. Cualquier accesorio que sirva para atraer su atención, sacarle una sonrisa o lograr que no pille una rabieta por aburrimiento será bienvenido.
10. Dejarles jugar
No son modelos, son bebés. No saben lo que es una cámara, ni lo que es posar o estarse quietos, por tanto, no puedes pretender que se pongan donde y como tu digas. Déjales jugar, moverse, explorar, investigar, cuando estén en su salsa, dispara. Muévete tú para seguirles y atrapar sus gestos, no esperes a que sean ellos o ellas quienes vengan a ti.
11. La sonrisa no lo es todo
No te obsesiones con que sonría. Puedes lograr fotos maravillosas sin necesidad de una sonrisa, además, cuanto más se sonríe más se cierran los ojos y una buena mirada puede convertirse en una gran foto 😉 Y si quieres que sonrían, no se lo pidas, gánatela.
12. Jugar con ellos
A la vez que le haces fotos a un bebé, puedes jugar con él para que se familiarice contigo, para que te regale las expresiones más bonitas, para que no se canse, para que tú también te diviertas. Juega, baila, canta… saca tu lado más loco y deja fluir ese niño o niña que aún vive en ti.
Sé que no te acabo de dar unos grandes consejos para fotografiar bebés, pero para ello ya tienes esta entrada, o los errores que debes evitar. El objetivo de hoy era darte pequeños trucos para facilitarte la tarea, espero haberlo logrado, si es así, este artículo habrá merecido la pena. Y antes de despedirme, he añadir, que si es tu bebé, no olvides hacerte un autorretrato con él.
Si crees que estos trucos le pueden servir a alguien de tu entorno, por favor, compártelo en las redes sociales. ¡Gracias y hasta la próxima!