El agua es un elemento tremendamente atractivo en general y para las personas que amamos la fotografía en particular. Pero esta es una relación amor-odio. Si has probado a fotografiar el agua en alguna de sus formas, sabrás de qué te hablo. Fotografiar el agua no es fácil, nada fácil. Suele ser tremendamente difícil especialmente si no sabes cómo. Pero cuando lo consigues es muy (pero que muy gratificante), debe ser casi tanto como encontrar la aguja en el pajar 😉 . Por eso hoy te traigo 11 consejos para fotografiar cataratas y lograr impresionantes imágenes.
Bromas aparte, cuando te sumerges en este océano de la fotografía a veces te lanzas a probar cosas sin tener ni idea. Puede que seas una de esas personas con un don especial que consiga las fotos a la primera (enhorabuena si es tu caso) pero lo normal es que falles hasta el infinito, te frustres y poco a poco vayas aprendiendo de los errores. O que tengas la estupenda idea de leer artículos como estos en los que te dan la mitad del trabajo hecho 😉 Cualquiera de los caminos es válido. Si estás aquí es porque eres de estos últimos o porque no quieres que te venza la frustración. En cualquier caso, te doy la bienvenida y te digo que has acertado con esta decisión, pues con estos consejos verás que todo es mucho más fácil.
1. Lleva el equipo adecuado para fotografiar cataratas
Si llevas un equipo adecuado tus resultados a la hora de fotografiar cataratas pueden mejorar mucho. Es verdad que decimos infinidad de veces que el equipo no hace al fotógrafo, que puedes lograr fotos impresionantes con una cámara normalita, pero claro, hablamos de poder emocionar, contar una historia, una composición brutal… En este caso tenemos una cascada y queremos realzarla, por lo que el margen para la parte artística y emocional se limita bastante y debemos controlar un poco más la parte técnica. Por eso necesitarás:
- Cámara que permita modificar el tiempo de exposición. Si quieres conseguir el efecto sedoso en la cascada no te quedará más remedio que jugar con la velocidad de disparo.
- Objetivo gran angular, que te permita abarcar más paisaje y hacer una gran composición.
- Filtro. Para conseguir el efecto sedoso en condiciones de mucha luz, necesitarás un filtro de densidad neutra.
- Trípode. Para velocidades de exposición largas es imprescindible un trípode. Si estás de excursión y no puedes llevar el trípode porque el camino es angosto, tendrás que buscar una superficie muy (insisto, muy) estable donde colocar tu cámara. Pero aviso que los resultados no serán igual que con un trípode especialmente diseñado para ello.
- Disparador remoto. En las exposiciones largas es realmente importante que no se produzca ningún movimiento para evitar trepidaciones en la imagen, ni siquiera el que haces con tus dedos al apretar el botón de disparo. O haces la foto con un disparador remoto o activa el temporizador de la cámara al menos a dos segundos para que te de tiempo a retirar la mano 😉
(Si lo que quieres es congelar el movimiento no necesitarás estos dos últimos).
2. Elige el mejor momento
Para conseguir ese efecto en el que el agua parece un manto de seda, necesitas, como ya te he comentado, realizar exposiciones largas, o lo que es lo mismo, tener el obturador más tiempo abierto. De esta forma lo que ocurre es que entra mucha más luz, por lo que un día brillante hará que tu foto salga sobreexpuesta.
Este es un fallo por el que hemos pasado muchos (me incluyo la primera), sobre todo aquellos que nos lanzamos a la piscina en cuanto tenemos nuestra primera réflex en la mano sin investigar ni un poquito antes 😉 ¿Te suena? Bien, pues este error de novatos/as es fácilmente solucionable. O bien usas un filtro o eliges el mejor momento que es justo antes de amanecer y cuando está a punto de anochecer. También valen los días nublados que actúan de «filtro».
3. Haz limpieza de cristales
No te pido que limpies los cristales de casa antes de salir a fotografiar cataratas, pero si quieres unas fotografías muy nítidas, no te olvides de darle un repasito a los objetivos y a los filtros (si es que los usas) que te vayas a llevar.
4. Dedica un tiempo a estudiar la composición
Tu fotografía puede cambiar mucho según desde dónde dispares y los elementos que incluyas en ella. Puedes encuadrar en vertical si quieres centrar todo el interés en una cascada estrecha, puedes incluir algunos elementos que guíen la mirada hacia la cascada, aprovechar algún puente cercano a la cascada para fotografiarla justo de frente (como en la imagen), disparar desde un punto muy bajo o muy alto… Existen infinidad de posibilidades con las que puedes jugar y lograr una cascada diferente o más atractiva. Por muy bonita que te parezca «in situ» a la hora de pasarla a dos dimensiones, pierde mucho encanto y tendrás que compensar con una buena composición.
5. Realiza los ajustes adecuados
Estos son los ajustes que te ayudarán a fotografiar cataratas con éxito.
- Para conseguir el efecto sedoso tendrás que utilizar una velocidad de obturación baja. Puedes comenzar probando con un par de segundos e ir reajustando según el resultado que desees.
- A no ser que quieras jugar con la profundidad de campo a la hora de componer, lo más habitual es que uses una profundidad de campo grande (número «f» alto). Es la que más se usa en paisajes para que salgan todos los planos enfocados y, además, te ayudará a compensar la cantidad de luz que va a entrar con la exposición larga pues lo que haces con esto es cerrar el diafragma.
- Como ya vas a tener suficiente luz al realizar una exposición larga, pon el valor ISO al mínimo y evitarás ruidos que afecten a la calidad y nitidez de tu imagen.
6. Dispara en RAW
Somos muy pesados, pero ¿aún no conoces las ventajas de disparar en RAW? Para empezar podrás despreocuparte por ejemplo del balance de blancos.
7. Enfoca manualmente
Lo ideal es que evites el enfoque automático, especialmente si usas el filtro, ya que probablemente no funcione muy bien. En este caso usa este truco: enfoca manualmente y después coloca el filtro.
8. Incluye personas
Incluir personas dentro de tu fotografía ayudará a dimensionar la catarata y a dejar a tu espectador con la boca abierta.
9. No te obsesiones con el efecto sedoso
Si hay un sol radiante, no puedes esperar al anochecer, no tienes trípode, ni filtro, ni nada de nada… no te vayas sin inmortalizar la catarata. Si te has encontrado esa belleza de repente no vuelvas a casa sin un pedacito de ella.
El efecto sedoso es muy bonito, sí, pero congelar el movimiento del agua también puede ser muy interesante, sobre todo si consigues transmitir la furia del agua al caer. Además, con un sol brillante podrás lograr algo que sin sus rayos es imposible de lograr… ¡el arco iris! Dos bellezas naturales juntas=doble belleza, ¿no crees? Busca siempre el lado positivo de las cosas, en fotografía como en la vida misma, siempre lo hay 😉
10. ¿Te atreves a pasar la noche?
Si puedes acampar cerca (mejor con compañía 😉 ) tendrás la oportunidad de fotografiar una cascada acompañada de estrellas. Un espectáculo realmente precioso. Después de ver esta foto seguro que te dan unas ganas tremendas de hacer acampada cerca de cascadas, ¿verdad?
11. Cuidado con el equipo a la hora de fotografiar cataratas
No se trata de que lo tengas en casa guardado en la mochila, si escribo este artículo es para animarte a salir a fotografiar, pero no me queda más remedio que avisarte que lo cuides bien, puesto que la cámara y la humedad (¡y ya no te digo el agua!) son enemigos declarados. Usa trípodes bien altos o superficies algo alejadas de las salpicaduras. Y cuídate tú también, ¡no vayas a arriesgar tu vida por conseguir una foto! 😉
Hoy no te voy a decir que salgas corriendo a poner en práctica lo que acabas de leer porque no es fácil tener una cascada al lado de casa, pero sí que busques algún lugar cercano en el que la haya (no tienes que irte al Niágara) y planifiques una excursión. Si no practicas no habrá servido para nada esta lectura pues se te olvidará en lo que tarden las aguas en llegar al océano 😉
Lo que sí puedes ir haciendo es llenarte de inspiración.
Si te ha gustado el artículo, no dejes de recomendarlo, ¡te estaré eternamente agradecida! ¡Hasta la próxima!