Los bosques siempre tienen algo de misterioso, desconcertante o mágico. Porque al llegar a ellos nos parece que los vemos ampliamente, que se muestran a primera vista, pero en realidad esconden una vida atareada y secreta bajo sus árboles frondosos y sus rincones húmedos, con sus luces y sombras y sus cientos de diferentes formas de vida mires en el ángulo que mires. Desde el árbol más grande hasta el insecto más pequeño, todos forman parte de la magia natural de cualquier bosque. Y aunque es imposible no fotografiar vida en un bosque, puesto que allí todo es vida, lo cierto es que no siempre es fácil encontrarla o saber qué hacer con ella. Por ello espero que estos consejos te ayuden 😉 . Y si lo que quieres es profundizar en la fotografía de paisajes, esta es nuestra guía más completa, con consejos, trucos y mucha inspiración.
1. Líneas
Una buena forma de “calentar motores” al llegar a un bosque, es de más a menos. Es decir, empezar con planos generales (las líneas de los troncos, las luces y sombras que estos proyectan, etcétera) e ir adentrándose poco a poco en él y en los detalles que nos depara. Caminos serpenteantes o rectos, fugas, o puntos de vista contra-picados para obtener imágenes de las copas de los árboles, son algunas ideas que puedes valorar.
2. Busca las diferencias
Pongamos que ya te has adentrado un poco en el bosque, que ya tienes tus planos generales, y que ahora te dispones a buscar imágenes dentro de él. Buscar elementos que contrasten entre ellos, por ejemplo un árbol caído (horizontal) en oposición a los troncos verticales del resto del bosque, o una mariquita de forma redondeada en los tallos de un campo de trigo… Todo aquello que es diferente en medio de la similitud, llama nuestra atención, y puede ser candidato a ser una buena imagen.
3. Fotografía macro
La fotografía macro es la culminación de la búsqueda del detalle, y el bosque es una gran oportunidad para practicar con ella, puesto que hay miles de candidatos esperando a ser descubiertos por tu objetivo: flores, hojas, pequeños insectos, etcétera, pueden ser un gran motivo fotográfico.
4. Lleva un equipo adecuado a tus propósitos
No es lo mismo salir a la naturaleza a la caza de la fotografía de aves, que de insectos de 1cm. por lo que, evidentemente, el equipo no debería ser el mismo. Dependiendo de las fotografías que quieras realizar, te será necesario un tipo de objetivo u otro, el trípode o determinados filtros. Piénsalo antes de salir para que no lo eches de menos irremediablemente en medio del bosque.
5. Cuida la composición
Es un clásico, lo sé. Pero no olvides cuidar la composición de tus imágenes. Los bosques son muy formales, así como la naturaleza en general. Las líneas rectas o retorcidas, los caracoles con sus espirales, los nervios de una hoja, los troncos, las raíces… Piensa cómo los colocas y por qué, y cuál es la mejor forma de darle protagonismo a tu centro de interés a través de la composición.
6. Fotografía en color
El color es la forma más obvia de retratar la naturaleza porque es la que percibimos de forma natural cuando la observamos. No obstante, debes prestarle especial atención, porque puede ayudarte a transmitir diferentes sensaciones, a conseguir una imagen poco o muy contrastada, alegre, misteriosa, o “empastada”. Recuerda que el color es un elemento más de la composición. Por ello te recomiendo que refresques conceptos como tono, saturación, brillo, colores complementarios, cálidos, fríos o armónicos, antes de adentrarte en lo profundo del bosque 😉
7. Fotografía en blanco y negro
Aunque la variedad de colores y tonos de la naturaleza hace que el color sea muchas veces la opción más evidente, para nada es la única opción. Las formas naturales, los claroscuros, los contrastes, las texturas de los detalles (troncos, musgo, piedra, pétalos, etcétera) son grandes aliados para maravillosas imágenes de la vida del bosque en monocromo.
8. Discreción ante todo
Si lo que pretendes es fotografiar algo más que árboles y flores, deberás ser silencioso, sigiloso y respetuoso con todo aquello que te rodea. Pasea tranquilamente, en silencio e intentando no perturbar aquello que te envuelve. Sólo así aumentarán las posibilidades de observar la maravillosa vida que los bosques ocultan.
9. Obsérvalo todo y déjate sorprender
Las mejores imágenes suelen ser las que se nos escapan a simple vista. Así que ármate de paciencia, pasea con calma y observa a tu alrededor, dejándote sorprender por los pequeños detalles, pasea con la mirada de un niño atento y susceptible de sorprenderse con “cualquier cosa” (un fruto rojo en un fondo verde musgo, una hormiga acarreando una hoja de formas imposibles…); esas serán seguramente las mejores imágenes 😉
10. Varía el punto de vista
Cuando andes falto de inspiración, recuerda variar el punto de vista, mira hacia arriba, hacia las copas de los árboles, o hacia abajo, hacia tus pies, e incluso más abajo. Prueba a buscar un lugar elevado, estírate en el suelo, o ponte al mismo nivel de lo que estás fotografiando. Los nuevos puntos de vista te ayudarán a crear nuevas perspectivas en tu búsqueda de imágenes.
11. Trabaja la profundidad
Puedes crear profundidad a través de diferentes planos en una misma imagen, a través de fenómenos atmosféricos como la niebla, o la profundidad de campo (o zona enfocada) que controlarás a través de la apertura de tu objetivo.
12. En vertical también
En el bosque encontrarás muchas formas verticales que casarán mejor con un formato vertical. Recuerda que este formato permite “aislar” mejor el centro de interés del fondo, es original, y transmite mayor sensación de profundidad en las imágenes.
13. No olvides amaneceres y atardeceres
La hora dorada también lo tiñe todo de calidez y de tonos increíbles en el bosque, no te los pierdas. Y si es otoño y encima realza los tonos anaranjados de las hojas caducas… ¡Qué maravilla! 🙂
14. No te conformes con una vez, repite
Haz varias salidas si quieres obtener buenas imágenes. No siempre la suerte nos sonríe, no siempre las diversas formas de vida que lo habitan quieren dejarse ver en el preciso instante que querrías. No siempre la luz es la mejor, o no siempre estás inspirado. Por todo ello, y porque salir al bosque y rodearse de naturaleza siempre es agradable más allá de lo fotogénico, lo mejor es que no te conformes con una única vez, sino que practiques con varias escapadas al bosque. A medida que los conozcas, irás cogiendo práctica, ojo fotográfico e intuición para saber de antemano qué buscas, qué quieres, y qué será susceptible de ser una gran imagen.
¿Qué te parece? ¿Te animas a hacer una magnífica excursión a la búsqueda de sorprendentes motivos naturales en lo profundo del bosque? Espero que sí, y que recuerdes alguno de estos consejos cuando andes maravillado/a entre tanta belleza 😉 Y si lo compartes con alguien a quien crees que le podría ser de interés, te lo agradeceré (Facebook, Google+ y Twitter). Muchas gracias y hasta la próxima 🙂