Te podrás escapar de muchas situaciones fotográficas, pero un cumpleaños infantil caerá tarde o temprano. De tu peque, tus sobris o de las criaturas de tus amistades o parientes cercanos o lejanos, seguro que llega. El otro día fue el de mi hija y yo tenía claro que no quería estar detrás de la cámara. Quería disfrutar de ella, de la fiesta y de los amigos y familiares que nos acompañaron. Resultado, pues fotos pocas y decentes menos. Por eso he pensado que mejor escribo este artículo para cuando me llegue el siguiente cumple poder pasárselo sutilmente a algún invitado unos días antes y que se lo estudie bien 😉
Ahora en serio, es una situación muy especial que requiere medidas especiales. Por eso hoy te traigo algunos errores muy típicos que debes evitar para que puedas enfrentarte a ella sin perder la sonrisa ni durante la fiesta ni después y que la personita que cumple años se quede con un bonito recuerdo para toda la vida, de esos que la memoria no es capaz de destruir. Estos son:
- No estudiar la luz
- Olvidarte del balance de blancos
- No aprender de los errores de una vez para otra
- Velocidades demasiado lentas
- No fotografiar los detalles
- No cambiar de ángulo
- No cuidar los fondos
- Aperturas demasiado grandes para grupos
- No anticiparte a los momentos únicos
- Improvisar el momento tarta y velas
- Que haya casi más fotógrafos que invitados en el cumpleaños
- No preparar bien el equipo
- No planificar
- Olvidarte del color…
- …y de las emociones
Antes de verlos uno a uno, quiero que le eches un vistazo a esta mega guía que te hemos preparado sobre fotografía de niños, con todos los consejos y trucos, además de mucha inspiración.
1. No estudiar la luz
Aunque te asuste el enunciado, es algo muy simple. Se trata de no improvisar, sino de saber de antemano, aunque sea un poco antes de que comience el cumple, con qué luz cuentas. Si es un lugar cerrado, si es en exterior, si cuentas con luz natural, si necesitas llevarte tu flash externo, etcétera. Llega antes que los invitados y realiza algunas pruebas, porque llegar y ponerte a disparar te puede llevar directamente al fracaso y hacer que pierdas algunas de las mejores instantáneas.
2. Olvidarte del balance de blancos
Esto me pasó cuando mi peque cumplió un año. Todas las fotos del cumple tenían un fuerte tono amarillo. Cuando las vi en el ordenador casi me echo a llorar. Me acordé del toldo de la terraza donde lo celebramos y solté mentalmente todos los improperios que conocía. Es lo que tiene cuando te centras en el cumple y no en la cámara y dejas que sean otros los que hagan las fotos (lo cual me lleva al siguiente punto).
Si lo pones en automático, al menos asegúrate de que las fotos salen decentemente y si no, dispara en RAW y olvídate. Aunque el esfuerzo sea mayor, el disgusto será menor.
3. No aprender de los errores de una vez para otra
Tenía que ponerlo 😉 Este es el más recurrente, el ser humano es el único animal que tropieza dos veces (y tres y cuatro…) en la misma piedra, eso lo tenemos claro. ¿Pero lo vamos a asumir alegremente? Seguro que en otras ocasiones has cometido ciertos errores de los que has sido consciente, procura recordarlos para no volver a cometerlos, sean sobre el ISO, el balance de blancos o velocidades demasiado lentas. Cualquier pequeño aprendizaje será un gran paso si lo tienes en cuenta y no lo ignoras.
4. Velocidades demasiado lentas
Es un cumpleaños infantil. Hay niños por todas partes que se mueven sin parar. Puede que haya poca luz y si utilizas por ejemplo el modo prioridad a la apertura, la velocidad de disparo será probablemente demasiado lenta y las fotos quedarán movidas. Utiliza el modo prioridad a la velocidad o el modo manual. De este modo te aseguras de que tienes el enfoque que quieres a la velocidad que necesitas.
Lo normal es utilizar una velocidad por encima de la distancia focal, por ejemplo, si son 50mm, disparar al menos a 1/60, pero si hay niños, como en este caso, asegúrate una velocidad de al menos 1/125.
5. No fotografiar los detalles
En la preparación de una fiesta siempre se pone mucho mimo. Son muchos los preparativos, los detalles, el tiempo dedicado a que todo esté bonito y crear un ambiente agradable. No fotografiar estos detalles es dejar pasar una parte importante de la fiesta, es ignorar el cariño que le han puesto los anfitriones. Seas tú o no quien la haya organizado, otórgales la atención que se merecen.
Lo mejor es dedicarle un rato antes de que comience la fiesta, cuando aún está todo en su sitio y no parece que haya pasado un huracán 😉 Después tendrás tiempo de fotografiar los efectos de la diversión, pero antes, captura los detalles en su esplendor. Una apertura amplia te ayudará, y si se trata de los dulces o la comida, aquí tienes algunos consejos que te servirán.
6. No cambiar de ángulo
¿Sabes la de momentos, gestos, escenas e instantáneas maravillosas que te puedes perder si no te mueves de tu sitio? Si disparas todo el rato desde tu altura, sólo lo que tus ojos ven desde esa posición, te aseguro que el reportaje será mucho más plano y aburrido.
Si quieres provocar un efecto distinto, si buscas capturar lo que nadie (o casi nadie) ha visto, agáchate, súbete a algún lugar desde el que puedas disparar, mira desde distintos puntos de vista y encontrarás pequeños tesoros que se convertirán en grandes recuerdos.
7. No cuidar los fondos
Cuando te concentras mucho en los protagonistas, es fácil olvidarse de lo que hay detrás. Lo malo es que tu cámara no se olvida, lo captura todo. Y luego te das cuenta de que detrás de el niño soplando las velas está el abuelo con el palillo en la boca (por ejemplo). También te puedes encontrar después en la foto un montón de botellas a las que no les puedes quitar el ojo, distraen tanto que no eres capaz de centrar la atención en el prota.
Quita todo lo que te moleste delante, y si el fondo es demasiado caótico o distrae por su colorido o estampado o lo que sea, cambia de ángulo si te es posible o abre el diafragma al máximo para desenfocarlo.
8. Aperturas demasiado grandes para grupos
También es fácil pasar de un retrato a un niño a una foto de grupo sin darte cuenta de que la apertura es demasiado grande para que todos salgan enfocados. Cuando vayas a fotografiar a varias personas a la vez, recuerda que tienes que poner una profundidad de campo intermedia o asegurarte, al menos, de que estén en el mismo plano (algo difícil si es un grupo muy numeroso).
Ojo, aumenta la profundidad de campo sin sacrificar la velocidad de disparo, que ya he comentado antes que si es muy lenta la foto saldrá movida. Es el momento de subir el valor ISO y/o de utilizar el flash externo (con difusor o rebotado).
9. No anticiparte a los momentos únicos
Quizá el momento regalo es el que a mí, personalmente, menos me apasiona por distintas razones, pero se trata de una criatura pequeña a la que seguro que más de un regalo le hará una ilusión enorme. Perderte su cara puede ser un pecado. Procura enterarte si alguno de los regalos es algo que espera con mucha ilusión o algo que le sorprenderá de verdad y antes de que lo habra sitúate en un lugar estratégico con todo listo para capturar su expresión. Un disparo en ráfaga te ayudará a capturar el gesto más expresivo.
Al igual que la apertura de los regalos, puede ser la llegada de un invitado que no espera y con el que se alegrará infinito, o cualquier otra sorpresa que le hayan preparado.
10. Improvisar el momento tarta y velas
Este punto merece casi un apartado aparte por su complejidad y diversidad. No es lo mismo fotografiar con las luces apagadas que encendidas, o en exterior que en interior. Aquí es importante que te informes (si no eres tú la anfitriona o el anfitrión) de cómo será este momento para prepararte. Si es en exterior lo tienes más fácil, pero si estás en interior y deciden apagar las luces para sacar la tarta mejor que sigas estos consejos o puede que todas las fotos resulten fallidas:
- Eliminar otras fuentes de luz (cortinas, lamparitas de luz secundarias…)
- Usar medición puntual y medir en el rostro
- Utilizar una apertura amplia
- Disparar a una velocidad rápida
-
- No usar flash
- Subir el valor ISO si es necesario
Si hay más personas (que sepan lo que hacen) capturando fotos del cumple, te puedes permitir cambiar de perspectiva y lograr fotos diferentes, como la siguiente, si no es el caso, te recomiendo que elijas un lugar estratégico (sin molestar) para poder capturar el momento único de soplar las velas.
11. Que haya casi más fotógrafos que invitados en el cumpleaños
Y hablando de momento velas… Resulta muy tentador sacar el móvil y ponerte a disparar, por lo que es probable que muchos de los invitados echen mano de su smartphone. No puedes imaginarte lo triste que es mirar al frente y que todos los que hay delante de ti estén con el móvil enfocándote y no veas ni una cara.
Eso pasó el otro día (mi peque sopló dos veces las velas, el día del cumple y el día de la fiesta). Bien, el día del cumple coincidió con una comida con familiares que vemos poco, así que aprovecharon para que soplara las velas y no pudieron resistirse a hacerle fotos, pero me dio mucha tristeza la imagen y pensé que no quería que mi hija tuviera delante esa escena, así que les pedí que guardaran los teléfonos, prefería que no hubiera fotos del momento a que el recuerdo que a ella le quedara grabado en la mente fuera el de cinco o seis personas haciéndole fotos en lugar de cantándole cumpleaños feliz. Cuidado, que son niños y nuestros actos son su ejemplo.
12. No preparar bien el equipo
Esto es tan básico que a veces se olvida. Hace unos días fui invitada a otro cumple. No pensaba hacer fotos, pero resultó que llevaba mi cámara en el bolso (como muchas otras veces) y no me pude resistir. ¿Sabes lo difícil que es cubrir un cumple con una focal fija de 50 mm (70 mm aproximadamente porque mi cámara no es Full Frame)? Pues logré retratos muy bonitos pero fotos globales pocas. El espacio era reducido y no podía retirarme apenas para capturar más escena.
He puesto este ejemplo, pero sirva para revisar objetivos (mejor una lente versátil o varios objetivos), batería cargada y si tienes de repuesto, el flash externo (si es un sitio cerrado) o la tarjeta de memoria vacía. Lo de la tarjeta también me pasó, que venía de otro sitio donde disparé a discreción y me quedé con ella temblando…
13. No planificar
Además de preparar el equipo, no saber qué vas a fotografiar puede ser un gran error porque se te escaparán muchos momentos. Mejor hazte una lista (mental o escrita) de lo que quieres fotografiar para narrar el cumpleaños. Lo ideal es que no parezcan un montón de fotos aisladas, sino que consigas contar a una persona ajena cómo fue la fiesta sin haber estado a través de tus imágenes. Aquí tienes un ejemplo, puedes modificarla a tu gusto:
- Decoración y detalles
- Llegada de los invitados
- Apertura de regalos
- Juegos
- Piñata
- Tarta
- Baile
- Gestos espontáneos y momentos emotivos
- Fin de la fiesta (efectos colaterales 😉 )
14. Olvidarte del color…
Es un cumple infantil, seguro que lo que menos falta es colorido. No puedes desaprovechar la oportunidad de inmortalizar toda esa explosión de color. Busca una composición interesante para transmitir toda la alegría del cumpleaños en una sola imagen.
15. …y de las emociones
Sonrisas, besos, abrazos, miradas, gestos de sorpresa… una fiesta está repleta de emociones, no puedes olvidarte de ella, los detalles, la tarta, la luz, etcétera, son importantes, pero más aún lo son las emociones. Si te olvidas de ellas no lograrás que nadie conecte con las imágenes y lo peor… Dentro de unos años, cuando la personita que ha cumplido los años vea las fotos, pensará probablemente que fue un cumple de lo más aburrido 🙁 Y tú no quieres eso, ¿verdad?
También pueden ayudarte estos consejos generales para fotografiar una fiesta, porque, infantil o no, al final es una fiesta. Así que no te olvides divertirte… ¡y ponte una sonrisa!
Antes de despedirme, quiero pedirte un favor, si te ha parecido útil, compártelo en tus redes sociales favoritas. Las criaturas cumpleañeras te lo agradecerán y yo también, pues así sabré si te gustan los contenidos que elaboramos para ti.
¡Gracias y hasta la próxima!