Hoy te traigo un artículo muy manual. Te voy a contar paso a paso cómo hacer tus propios reflectores en casa y, además, con una sorpresa. Es muy fácil, necesitas materiales muy sencillos y no hace falta ser una persona muy habilidosa para lograrlo. Es fácil, fácil.
¿Qué es un reflector y para que sirve?
Pero antes de meternos en materia, mejor te explico lo que es un reflector y para qué sirve.
Un reflector es una superficie que refleja la luz, de modo que añade más luz a un motivo o rellena sombras molestas. Sirve como una segunda fuente de luz.
Si quieres saber más sobre este accesorio fotográfico, aquí puedes ver que no es solo cosa de profesionales.
¿Qué necesitas?
Estos son los materiales que necesitas para hacer tus reflectores:
- Cartones: dos cartones consistentes del tamaño que quieras, yo voy a hacer de 50cm de diámetro que es lo que me dan las cartulinas negra y blanca. También puedes utilizar una plancha de corcho fino pero consistente.
- Cartulina blanca, o papel continuo blanco.
- Cartulina negra.
- Papel plateado.
- Papel dorado. Yo no lo sabía cuando lo compré, pero el dorado por detrás es plateado, así que con ese rollo me habría servido para los dos. Por si quieres preguntar antes de comprar de más 😉 .
- Pegamento: puedes usar el pegamento que desees, yo he hecho la prueba con tres tipos de pegamento y la verdad es que el mejor me ha funcionado ha sido el de barra. Pero para gustos… como si te apañas con cinta de doble cara.
- Cutter y tijeras.
- Lápiz o rotulador.
- Cuerda fina (opcional). La cuerda es para marcar el círculo. Si tienes otra forma de hacerlo estupendo, yo fabriqué un compás casero con ella y el lápiz.
Como ves, de todo esto tendrás en casa, seguramente solo tendrás que comprar los papeles y cartulinas. Y hacerte con unos cartones. Yo he aprovechado los que me vinieron con una sillita para el coche.
¿Cómo hacerlo?
Veamos paso a paso cómo hacer los reflectores:
1. Marcar el círculo
Marca con el lápiz en el cartón el círculo (o la forma que desees para tu reflector) al tamaño que hayas elegido. Estos son de 50cm de diámetro y he utilizado, como te decía antes, una cuerda para hacer un compás casero.
Tú puedes utilizar un molde o el mismo sistema, lo que prefieras.
2. Recortar el cartón
Lo mejor es recortarlo con un cutter, con cuidado de no cortarte, eso sí 😉
3. Copiar el molde y recortar
Una vez tienes recortado un cartón, puedes utilizarlo de plantilla para el siguiente. Ponlo sobre el otro cartón, marca con un lápiz o rotulador y vuelve a recortar con el cutter. Ya tienes tus dos círculos de cartón (o la forma que hayas elegido)
4. Unta de pegamento una cara
Asegúrate de untar bien toda la superficie de pegamento, especialmente el centro y los bordes. Como te decía, puedes usar el pegamento que prefieras. Yo he probado con tres tipos y me quedo con la comodidad y los resultados del pegamento de barra.
5. Pega el papel reflectante
Extiende sobre una superficie plana (mesa, suelo, etc.) el papel por el que quieres empezar, por ejemplo, la cartulina blanca. Y pon encima el cartón por la cara que has untado de pegamento.
Presiona bien para que se pegue por todos lados, si quieres puedes darle la vuelta y repasar con un trapo o servilleta por toda la superficie para que peguen bien los bordes.
6. Recorta la parte sobrante
Con un cutter, recorta todo lo que sobra de la cartulina. Otra opción que he probado es a recortar primero la cartulina y luego pegar, pero da peores resultados (ver imagen abajo del reflector acabado y las flechas), salvo que hayas conseguido marcar y recortar un círculo perfectísimo tanto en el cartón como en la cartulina o papel reflectante.
7. Repetir operación parte trasera
Ahora unta de nuevo con pegamento la parte que ha quedado libre del cartón. Te recuerdo insistir en los bordes. Extiende la cartulina negra y pega sobre ella el cartón que acabas de untar de pegamento. Recuerda repasar con un paño la superficie presionando suavemente para asegurarte de que se pega bien.
Ya tienes un reflector que por una parte es blanco y por otra parte es negro. El negro no es reflector, pero se incluye en los juegos de reflectores para el efecto contrario, bloquear la luz cuando te sea necesario.
Como te decía, te pongo flechas para que veas a lo que me refería con que da peores resultados primero recortar y luego pegar. Es mejor retirar los bordes sobrantes con el cutter una vez pegado.
De manera opcional, puedes cubrir con celo o cinta aislante para asegurarte de que los bordes no se despegan. La flecha de abajo a la izquierda señala una prueba que hice.
Por ahora he preferido dejarlos así, si más adelante veo que el pegamento de barra no era lo suficientemente bueno, le pasaré el celo o una cinta aislante 😉 .
8. Repetir pasos anteriores
Ahora, con el otro cartón repite la misma operación, por un lado con el reflector plateado y por otro con el reflector dorado.
¡Y ya los tienes! Procura extender bien el papel porque este suele ser muy finito y tiende a hacer arrugas como ves en el plateado. Intenta quitarlas pasando un paño por encima. Aunque no es un problema serio 😉 .
10. Sorpresa
Y la sorpresa que te prometí en el título. Tengo que reconocer que fue casual, pero con el cartón que me ha sobrado de recortar el círculo me he dado cuenta de que podía hacer un difusor.
Para ello, he utilizado papel de seda blanco (que ya tenía en casa pero que igualmente hubiera ido a comprarlo encantada). He puesto pegamento en los bordes del círculo, he pegado el papel de seda extendiéndolo bien y le he puesto un poco de celo en un tramo porque, como ha sido imprevisto, no había medido y quedaba muy justo.
Por último, he cortado con el cutter el sobrante de papel. Y ¡voilà! Ya tengo mi difusor. Además, he aprovechado que tenía una hendidura a modo de asa para levantar la caja y así me sirve para sostener el difusor.
Si eres más perfeccionista, tienes tiempo y te apetece, puedes pintar el cartón de blanco, desde luego quedará más presentable y bonito. Además reflejará luz 😉 .
¿Cómo funcionan?
Para que veas qué es lo que pueden hacer, te pongo algunos ejemplos:
Sí, es el mismo sitio, en el mismo momento. La única diferencia estaba en el uso o no de difusor o reflector. Merece la pena probar, ¿verdad?
¿Y por qué hacerlo si se puede comprar?
Efectivamente, se puede comprar y, además, es un accesorio bastante barato. Entonces, ¿por qué hacerlo casero? Pues hay varias razones:
- Lo bueno de hacer los reflectores tú es que puedes hacerlos del tamaño o la forma que quieras.
- Pasarás un rato entretenido.
- Tendrás la satisfacción de haberlos hecho tú. Eso no tiene precio, por muy imperfecto que quede.
- Lo que a unos puede parecerlo muy barato, para otros puede no serlo tanto. Así que otra razón es la económica.
- Te puede salvar de un apuro, si los necesitas y no te da tiempo a comprarlos, siempre puedes hacer los reflectores tú.
La pega de hacerlos caseros es que no se pliegan como los que compras, que son flexibles y se pueden doblar, meter en una funda y ocupan muy poco.
Y bueno… si no tiempo de hacer tus reflectores, prefieres la comodidad de guardarlos plegados o el motivo que sea, y decides comprarlos, siempre puedes recurrir a pedirlos con un solo clic ;).
Espero que este tutorial te haya resultado útil. Si así ha sido, te voy a pedir el favor de que lo compartas en tu red social favorita. Puede que alguno de tus contactos esté esperando ser iluminado 😉 . ¡Gracias y hasta pronto!
