Las visitas a un zoológico son toda una experiencia fotográfica, en ningún otro lugar encontrarás tantos animales tan diferentes en un espacio tan reducido. De ti depende que esta experiencia fotográfica resulte satisfactoria en lugar de sufrir un momento dramático a la hora de ver las fotos en el ordenador. Y si lo que quieres es profundizar en la fotografía de naturaleza, esta es nuestra guía más completa, con consejos, trucos y mucha inspiración.
Hay una serie de errores recurrentes cuando se fotografía en un zoo, y estos suelen ser los responsables de que esta aventura se convierta en un drama. ¿Quieres conocerlos para evitarlos? Acomódate y toma nota 😉
1. No llevar un teleobjetivo
Este es uno de los errores más frecuentes y, además, añadiría que graves, si es que podemos hablar de gravedad 😉 Muchos de los animales del zoo están demasiado lejos como para capturarlos con otro tipo de lente, por lo que te recomiendo que eches en la mochila un objetivo del tipo 70-300. Te ayudarán a acercarte a todos los animales, fotografiar las aves en vuelo y aislarlos del fondo.
Eso no significa que no puedas llevar otros objetivos, como el rey, o un gran angular para lograr tomas más generales. Insisto, además del tele 😉
2. Ir acompañado
Esto es algo que a veces no se puede evitar. Si vas con tus hijos y quieres aprovechar la visita céntrate más en disfrutar con ellos y de sus expresiones, pero si lo que quieres es practicar y conseguir buenas fotografías de animales, mi consejo es que vayas solo/a o que te acompañes de alguien que lleve el mismo objetivo que tú, y no me refiero a la lente, sino al de fotografiar animales 😉 ¡A veces no imaginamos lo desesperante que puede ser acompañarnos! Y seguro que tú no te concentras igual si tienes alguien al lado metiéndote prisa.
Necesitas tiempo para tus ajustes, para encontrar la posición y el momento justo, para volver tres veces a visitar al león si lo pillas durmiendo o escondido. Por todo esto… lo mejor es ir sin compañía, ¿no crees?
3. No observar
Otro error es disparar nada más llegar. Si esperas y observas un poquito, verás que los animales interaccionan entre sí, o que hacen algún gesto más interesante o divertido, que se mueven a una posición más adecuada para fotografiarlos o que te regalan una mirada digna de un fotón.
4. No disparar en ráfaga
Salvo que estén durmiendo o descansando, difícilmente los animales posarán quietos para ti. Están en continuo movimiento por lo que un disparo en ráfaga puede ayudarte a elegir la mejor fotografía, el mejor gesto o una postura más atractiva.
5. Ignorar las rejas
A veces no te quedará más remedio que disparar a través de una reja, una alambrada o una valla. No podemos olvidar que estás en un zoo y no en medio de la selva 😉 No hay opción de retirarlas, ni de saltarlas, lo que puedes intentar es fotografiar entre las rejas, o meter el objetivo entre medio de la alambrada si hay espacio suficiente. Si no lo hay, un truco es desenfocar mucho la alambrada para que no moleste.
6. Olvidar la importancia de la composición
Centrarte en los ajustes adecuados, en que no salga la reja, en que el animal te mire, en que no aparezca la mano de otro visitante, etcétera, puede hacer que olvides algo muy pero que muy importante: la composición. Una buena perspectiva, la regla de los tres tercios, rellenar el encuadre, la ley de la mirada… Recuerda todos estos recursos para que tu foto tenga un gran impacto. Una mala composición es sinónimo de una mala fotografía. ¿Ves la diferencia?
7. No tener en cuenta los reflejos
Muchas de las fotografías tendrás que realizarlas a través de un cristal. Si te concentras demasiado en el animalito es muy posible que olvides ciertos detalles como los reflejos. Esto es muy fácil de evitar si cambias de ángulo o de posición. Los reflejos no son solo muy molestos sino que pueden arruinar por completo tu fotografía. Estas dos fotografías han sido disparadas a través de un cristal, ¿ves la diferencia?
8. No limpiar los cristales
Y hablando de cristales, la suciedad de dentro no la puedes evitar, pero sí la de fuera si te llevas un trapito. No sólo los reflejos pueden estropear tu imagen, una mancha en el cristal o unos dedos marcados serán la ruina. Pasa el trapo y pega bien el objetivo al cristal.
9. No elegir un buen lugar en los espectáculos
Piensa qué tipo de fotografía quieres, si un primer plano, una toma global, el salto del delfín o toda la piscina… En función de tus deseos elige bien el lugar para situarte, sobre todo si hay mucha gente, pues igual cuando quieras cambiar está todo ocupado.
10. No cuidar los fondos
Ya, claro, no puedes cambiar el fondo en un zoo, ni tampoco le puedes pedir al animal en cuestión que se mueva donde está ese verde tan bonito detrás. Lo que sí puedes hacer es desenfocarlo, moverte tú, cambiar de ángulo o incluso esperar a que se mueva a un lugar que te convenga más. Cuidar el fondo merecerá la pena, te lo aseguro.
11. Ir un día de mucho frío o de mucho calor
Además de tu propia incomodidad, un día en el que las temperaturas sean de todo menos suaves encontrarás a los animales algo más incómodos. Y si hablamos de un día de invierno se sumará el inconveniente de que el día es mucho más corto y se reduce el tiempo para disparar.
12. No elegir la hora o el día adecuado
Estás viendo que elegir el día no es una tarea que debas dejar al azar. Si quieres aprovechar la visita con tus hijos, pues estupendo, como ya hemos comentado tendrás que conformarte con lo que puedas lograr, aunque te llevarás a casa algo mucho más satisfactorio, ¡sus sonrisas! Ahora bien, si lo que buscas es una buena sesión fotográfica, evita los fines de semana en los que el zoo está abarrotado. Los visitantes pueden interferir en tus fotografías, además de tener que «pelear» por la mejor visibilidad 😉 Planifica también tu sesión en función de los espectáculos, si es que quieres fotografiarlos, claro.
Fotografiar al mediodía también suele ser un error, pues la luz es demasiado dura, provoca un fuerte contraste y muchas sombras. Además, es posible que encuentres muchos animales durmiendo la siesta 🙁 Para evitar lo de la luz (lo de la siesta es más complicado, claro) aprovecha un día nublado o, en las horas centrales, métete en los terrarios o acuarios si los hay para aprovechar el tiempo.
13. No respetar a los animales
Recuerda que estás fotografiando seres vivos. Merecen todo tu respeto y cuidados. Respeta si no se les puede echar comida o si están descansando. No los asustes ni hagas nada que no esté permitido o que pueda molestarle. Págales el que posen para ti con todo tu respeto y cuidado.
¿Qué te ha parecido el artículo? ¿Te han ocurrido algunos de estos errores? ¿Te han entrado ganas de ir a corregirlos? ¿O te han ocurrido otros? ¡Te animo a que los compartas con nosotros!
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