Dicen que las normas están para saltarlas, o que hecha la ley hecha la trampa. Si tengo que serte sincera, fotográficamente hablando, estoy de acuerdo en saltarse las reglas de composición. Seguir siempre todas las normas de composición es cómodo, es fácil y es correcto. Tus fotografías estarán bien, pero muchas veces sólo eso. Seguir las normas de composición a rajatabla, sin pensar, puede acabar siendo el peor destructor de la creatividad que puedas tener.
Ahora bien, aquí llega el pero 😉 : para saltarse las reglas de composición, antes hay que dominar la composición fotográfica a fondo, porque a veces transgredir realmente funciona y otras es un auténtico fiasco. La diferencia suele radicar en ser conscientes de por qué nos estamos saltando esa regla, qué justificación tenemos, qué queremos destacar con ello y qué buscamos. En definitiva, cuál es nuestra historia. Veamos algunos ejemplos en los que se optó por transgredir las normas con buenos resultados.
1. Centro de interés en el centro de la imagen
En este caso, está claro que centrar el centro de interés ha dado un gran resultado. Gracias a la composición, a la sensación de profundidad que generan los diferentes elementos en el plano, a la tonalidad de la imagen y a la pose de la modelo, se consigue una imagen onírica y original.
2. Horizonte centrado en el encuadre
Es decir, divide en dos partes iguales el encuadre en vez de dar 2/3 de relevancia a una de las partes.
3. Horizonte torcido
No nos cansamos de repetirte que el horizonte debe estar bien recto. Pues mira, en este caso se decidió torcer completamente el horizonte creando una composición muy dinámica y acertada. Eso sí, si te fijas, el centro de interés se sitúa en un punto fuerte de la regla de los tercios 😉
4. Cortar cabezas
¿Quién dijo que un retrato era meter una cabeza en un encuadre? Hay muchísimas más opciones, entre ellas, la de dejar fuera del encuadre parte de la cabeza. ¿Que por qué? Bueno, en este caso (y en general) sirve para destacar una parte concreta del rostro; la mirada.
5. Sujeto movido
La mayoría de veces nos llevamos las manos a la cabeza cuando una imagen nos sale movida, pero lo cierto es que el movimiento es un elemento que puedes utilizar de forma artística y compositiva para añadir interés y dinamismo a tus imágenes.
6. Regla de los impares
La Regla de los impares dice que es más atractiva aquella imagen que contiene elementos impares por ser más dinámica y visualmente más atractiva. Por ejemplo, entre una línea y un triángulo, el segundo tiene mucho más dinamismo, o un pentágono es mucho más dinámico que un cuadrado, etcétera. No obstante, eso no quiere decir que no podamos utilizar elementos pares en nuestras composiciones. Un buen ejemplo de ello son las simetrías, que bien utilizadas, pueden ser muy atractivas visualmente.
7. Sin un centro de interés claro
No sé la de veces que habremos recalcado en este blog la importancia de tener un centro de interés claro cuando componemos una fotografía. Por regla general, esto es así casi siempre. No obstante, es cierto que algunas fotografías pueden funcionar sin un centro de interés claro, normalmente cuando se trata de un grupo de elementos.
8. Llena el encuadre… O no 😉
Otra regla de composición nos dice que llenemos el encuadre; el famoso fill the frame. Es una norma muy interesante para todos aquellos que a veces tienen miedo a acercarse a la acción, pero no siempre debemos tomarla al pie de la letra ni estamos obligados a seguirla a rajatabla. Muchas veces las composiciones minimalistas o basadas en el espacio negativo dan iguales o mejores resultados. Como siempre, todo depende del mensaje que quieras transmitir.
9. Enfoca siempre a los ojos…
Bueno, como habrás adivinado, aquí también hay un «depende». Por regla general sí es aconsejable que los ojos estén enfocados en retratos, pero puedes utilizar el foco para destacar otro elemento de tu composición. En el caso del ejemplo, el fotógrafo decidió enfocar las manos del modelo.
10. Direccionalidad
Por regla general, utilizamos las líneas en composición para guiar la mirada del espectador hacia el centro de interés. Las líneas son muy útiles pero no todas las imágenes necesitan un camino claro para guiar la mirada dentro del encuadre.
Resumiendo: ¿Por qué, cómo y cuándo saltarse las reglas de composición?
Igual que aprendemos el abecedario para aprender a escribir, igual que necesitamos gramática básica antes de ponernos a componer poesía o escribir una novela o nuestras memorias 😉 , del mismo modo, en fotografía debemos aprender el lenguaje antes de empezar a hacer virguerías con nuestras imágenes 🙂 Un poco de composición aquí, un poco de técnica allá, mucha práctica, y en breve dominarás tanto que te parecerá mentira lo abrumado que te sentiste la primera vez que tuviste una cámara en las manos y quisiste saber cómo funcionaba. La clave es siempre ir poco a poco, practicar mucho y disfrutar todavía más. En breve estarás haciendo virguerías con tus imágenes, no lo dudes y sobre todo, no te agobies, que la fotografía es luz pero por encima de todo es pasarlo bien 🙂
Y recuerda, que una imagen cumpla las normas de composición sólo significa que será agradable a la vista, que resultará lógica y seguramente equilibrada. Sólo eso, no quiere decir que esa imagen sea mejor que una arrebatadoramente imperfecta, caótica y conmovedora. Así que ya sabes, a practicar, tanto, tanto, tanto, que cuando menos lo esperes dejarás de apretar el obturador con la cabeza para hacerlo con el corazón y la intuición, y allí no habrá más reglas que las tuyas propias, sean estas las estándares o no.
Espero que este artículo te sea de utilidad, si es así y crees que alguien más podría estar interesado en aprender a saltarse las reglas de composición, difúndelo en tu red social favorita. Muchas gracias y hasta la próxima 🙂