Si hay un tipo de fotografía que merezca una composición especialmente cuidada, ésta es, sin duda, la fotografía en blanco y negro. ¿Por qué? Muy fácil, porque el color es un elemento compositivo más con mucha más fuerza e impacto visual del que muchas veces somos conscientes. Al despojar las imágenes de color, perdemos mucha fuerza compositiva, que debemos ganar por otras vías. Te gusta el blanco y negro, ¿verdad? Pues veamos, de forma sencilla, cuáles son estas vías que harán de nuestras composiciones en blanco y negro, una auténtica maravilla 😉
Olvídate del color
Ya hemos comentado alguna vez, lo importante que es aprender a visualizar las imágenes en blanco y negro. Ahora bien, es un trabajo que requiere bastante práctica, pues no nos es fácil realizar la abstracción necesaria para hacerlo cuando estamos acostumbrados a ver el mundo en color. Sin embargo, con algo de práctica y alguno de los siguientes consejos, irás viendo cómo poco a poco empiezas a prever las imágenes, esa textura de allá, aquellas líneas, aquellas sombras sugerentes… Recuerda, en la mayoría de ocasiones, si la imagen funciona a la perfección en color, es difícil que lo haga en blanco y negro porque, seguramente, gran parte de su composición se base precisamente en el color.
Dicho esto, veamos qué trucos o consejos puedes aplicar para aprender a componer mejor tus fotografías en blanco y negro.
1. Trabaja las líneas
Al despojar las imágenes de color, el resto de elementos se vuelven más relevantes; la luz, la textura la forma y la composición se vuelven más importantes, si cabe, que en la fotografía en color.
Uno de los elementos formales que mejor puedes aprovechar para componer en blanco y negro, son las líneas. Las líneas tienen la capacidad de guiar la mirada del espectador hacia el centro de interés de la imagen. Son como flechas que nos indican el camino a seguir en una imagen, con sus respectivas paradas, direcciones, etcétera.
Cada tipo de línea nos produce una sensación: las horizontales las asociamos a la calma y la paz, las diagonales son vitales y rápidas, incluso agresivas, las curvas son sinuosas y elegantes, las verticales las asociamos a fuerza, rigidez y altura.
2. Juega con el ritmo visual
Todo aquello que enfatice las formas es, en principio, buen candidato para la fotografía en blanco y negro. La repetición de patrones en las composiciones monocromas, por ser muy visuales, formales y dinámicas, son una buena forma de añadir interés a tus composiciones. Para huir de la monotonía, no olvides que puedes romper el ritmo con algún elemento. En el caso del siguiente ejemplo, se ha utilizado una composición rítmica con las líneas horizontales del paso de cebra, pero se ha aprovechado la sombra de dos caminantes para romper esa monotonía, creando así una imagen más interesante.
3. Menos es más
Otro de los aspectos a tener en cuenta a la hora de componer en blanco y negro, es que es muy amigo de las composiciones con pocos elementos, que no es lo mismo que simples. Es decir, las composiciones deben estar trabajadas, ya hemos comentado que incluso más que en las imágenes en color, pero funcionan muy bien con imágenes más formales y poco abarrotadas.
4. Añade un elemento humano
No sé si te habrás fijado pero, hasta aquí, todas las imágenes que acompañan este artículo tienen un elemento humano en la composición, o por lo menos, huella de él. Imagínatelas sin ese elemento, verás como todas pierden fuerza e interés por mucho que las composiciones, la luz, etcétera puedan estar bien trabajadas. Eso es porque el elemento humano nos suscita un interés natural y, consecuentemente, hace que las imágenes que lo contienen nos resulten más atractivas.
5. La luz
Experimentar con luz es básico para empezar a conocerla a fondo, tanto en color como en blanco y negro. El blanco y negro, por su simbolismo y formalismo, permite llevar la exposición y la luz hacia extremos que el color tolera peor. Eso sí, eso no significa que puedas quemar la imagen o subexponerla demasiado, porque en los extremos es donde se pierde la información. Y eso significa que la cámara hará todo lo posible por completarla, por desgracia, con bastante mal resultado. Estate atento/a al histograma de tu cámara en todo momento para jugar dentro de estos límites a menos que busques un efecto concreto en tu imagen.
Si no sabes por dónde empezar, aquí te dejo un par de sugerencias que funcionan muy bien en monocromo 😉 :
5. Texturas
Otro elemento interesante con el que jugar para componer en blanco y negro es con las texturas de los elementos que aparecen en la escena. Las texturas son otra forma de añadir interés a la imagen, nos invitan a pensar en el tacto y por tanto añaden una nueva dimensión a la imagen. Al desaparecer el color, estas cobran más relevancia y se vuelven muy fotogénicas.
Puedes usar madera, óxido, piedras, lana, todo aquello que contenga relieve puede ayudarte a aumentar el interés de tu composición en blanco y negro.
6. Juega con el contraste
Igual que con las luces más extremas, el contraste (la diferencia entre las luces y las sombras) es un buen aliado para la experimentación de la fotografía en blanco y negro. Cuanto más amplia sea la diferencia entre las luces y las sombras, menos tonos de gris tendremos en la escena y más rápido será el paso del blanco al negro. Es lo que llamamos escenas de alto contraste (con luces y sombras duras).
7. Sombras
El juego de sombras en blanco y negro puede crear composiciones muy sugerentes. Ya hemos visto que si son humanas, añaden el interés de un elemento humano en la composición, si forman líneas, como en la primera imagen de este artículo, también pueden crear juegos visuales muy interesantes, ritmo, direccionalidad, fugas…
8. Niebla
El blanco y negro es un gran amigo de lo sugerente, de lo onírico, de lo simbólico. Es por ello que todo aquello que sugiera cualquiera de estos sentimientos va a ser candidato a ser el protagonista de tu imagen en monocromo. La niebla representa ese onirismo y misterio que acompaña muchas veces a las fotografías monocromas, por lo que funcionan muy bien juntos.
9. Marcos naturales
Ponerle un buen marco a una buena composición siempre te dará buen resultado. Habrá quien diga que es un recurso muy visto, pero lo cierto es que funciona. Los marcos naturales delimitan la escena y te facilitan resaltar el centro de interés.
10. Centro de interés
No importa si es una sombra, tu sobrino, un zapato, una piedra o un paisaje. Una imagen (sea esta en color o blanco y negro) debe tener un centro de interés, una justificación, un mensaje, un motivo por el que deberíamos pararnos a mirarla. Sin un centro de interés, nuestra mirada se perderá por el encuadre sin captar nuestra atención, lo que significa que tristemente, que la imagen difícilmente valdrá la pena.
11. Acércate más
Como dicen los ingleses fill the frame, llena el encuadre, acércate, no tengas miedo a moverte y experimentar.
12. Regla de los tercios
La regla de los tercios dice que hay unos puntos en la imagen donde la mirada se dirige de forma natural. Es por ello, que es allí donde recomienda situar nuestro centro de interés con el objetivo de enfatizarlo. Estos puntos fuertes se originan al dividir la imagen tanto verticalmente como horizontalmente en tres partes iguales por líneas imaginarias. En el lugar donde estas líneas se cruzan es donde reside el punto fuerte de la imagen
No es necesario que siempre utilices esta regla, ni mucho menos, pero sí es cierto que hay composiciones que a veces la reclaman y puede serte es muy útil en muchísimas ocasiones 🙂
13. Reflejos
Los reflejos en escaparates, agua, lagos, espejos, etcétera añaden una nueva dimensión formal a tu imagen. Puedes jugar con la simetría, con romperla, con sugerir sin mostrar… Lo que te parezca.
Por último…
Practica, practica y practica, una cosa cada vez, no esperes que las fotografías vengan a ti, no lo harán, búscalas, busca líneas, sombras, texturas, patrones, imagínatelas en blanco y negro, prueba una y otra vez… y luego olvídate de todo. El blanco y negro se dispara desde el estómago, desde el alma, es puro sentimiento. Así que una vez domines algo de composición, deja tu cabecita técnica a un lado y dale rienda suelta a tu creatividad, que es mucha, aunque no lo creas 😉
Espero que este artículo te haya gustado, pero sobre todo espero que te anime a sumergirte en el maravilloso mundo de la fotografía en blanco y negro. Si quieres compartirlo con alguien más, hazlo sin miedo, todos te estaremos agradecidos 😉 Muchas gracias por leerlo y hasta la próxima 🙂