Hace pocos días Mario lanzó una encuesta sobre qué temas echabais en falta en el blog, pues bien, entre otros muchos, dos fueron muy recurrentes en vuestras peticiones: iluminación y macro. Tú eres una parte muy importante del blog y nosotros somos todo oídos a tus peticiones (por eso la encuesta, claro). Este es el primer artículo que sale del horno por petición vuestra. Y en esta ocasión por partida doble, voy a hablar de los dos: iluminación y macro. ¡Tirando la casa por la ventana! 😉 Pero si quieres profundizar más en iluminación en fotografía en general, no te puedes perder esta mega guía con consejos y trucos.
El macro suele ser para el fotógrafo principiante un gran desconocido. O algo así como un tema que te atrae pero lo ves inalcanzable de momento. Eso pasa porque por lo general los objetivos macro suelen tener precios prohibitivos y porque no se conoce la fantástica y baratísima alternativa: los anillos de inversión y los tubos de extensión.
La importancia de iluminar bien en la fotografía macro
¿Por qué aunar estos dos temas? Pues porque la iluminación en la fotografía siempre es importante, ya, ya lo sabes, soy muy pesada… Lo que no sé si sabes es que en macro, controlar bien la iluminación se vuelve aún más necesario. Un macro ha de estar bien iluminado, sí o sí. En otro tipo de imagen, si está algo subexpuesta o sobreexpuesta, puede tener pase si hay otros elementos que cobran más fuerza o si este exceso o carencia de luz se ha convertido en un elemento creativo de la imagen.
En macro esto no ocurre, por la sencilla razón de que este tipo de fotografía se basa en los pequeños detalles que sólo se aprecian bajo una luz adecuada. Comprenderás después de leer esto que iluminar bien una fotografía macro se convierte en algo indispensable.
Pero además, la luz cobra vital importancia por otros motivos:
- Si utilizas algunas de las alternativas económicas a los objetivos macro, la entrada de luz se verá visiblemente afectada. Es decir, que necesitarás más luz de la que haría falta en condiciones normales. Cuanta más distancia pongas entre el motivo y el sensor, menos luz entrará y más tendrás que compensar esta carencia.
- Con los objetivos macro, la profundidad de campo es bastante reducida, por lo que para poder ampliarla si lo deseas, tienes que cerrar el diafragma mucho, con la consiguiente reducción de entrada de luz.
- Si fotografías insectos, algo muy recurrente en macro, como tienen el «vicio» de moverse ;), tienes que disparar con velocidades rápidas. Otra reducción de luz.
Bien, ves estos motivos suficientes para poner especial atención en la iluminación, ¿verdad? Pues vamos a ello.
Iluminación en estudio o interiores
No es lo mismo la iluminación en estudio que si sales a fotografiar bichos y plantas al campo. Igual que no es lo mismo hacer un retrato en un estudio que en la calle. Obvio. Voy a empezar a contarte las opciones del estudio, pues algunas te servirán para exteriores 😉
Por supuesto voy a omitir el flash incorporado de tu cámara, pues te dará más problemas que soluciones, especialmente si utilizas tubos de extensión o similares. Eso sí, si no tienes otra opción, puedes recurrir a un invento similar a este. Sí, has visto bien, es un bote de patatas Pringles, esas tan adictivas que deben ser realmente perjudiciales para la salud, pero lo que es para iluminar macros son una estupenda alternativa ¡y de lo más económica! En el enlace, el autor explica cómo hacerlo (en inglés) y en youtube suele haber algún que otro tutorial como este otro que explica cómo hacer un difusor para macro con el bote de Pringles.
Flash anular. El flash anular es es un anillo diseñado para colocar alrededor del objetivo. Es el que está más asociado a la fotografía macro y el ideal cuando quieres evitar cualquier tipo de sombra. Lo que ocurre es que eliminar las sombras por completo también dejará la imagen algo plana. En este caso tienes que decidir qué buscas o qué necesitas. Aquí tienes uno baratito, fíjate que el que busques sea compatible con tu cámara. Tienes más opciones aquí. Aviso, este flash te servirá para macro, o para objetos muy cercanos, pero no esperes que te saque de otros apuros a mayor distancia 😉
Flash externo. Esta es seguramente la opción más polivalente que podrás encontrar. Los tienes de diferente potencia y los puedes utilizar en múltiples ocasiones además del macro. Claro que no todo son ventajas, tiene un inconveniente principal, su posición frontal. Peeero, tengo una buena noticia (o dos).
Puedes rebotarlo en otra superficie: en una pared blanca, un reflector, o incluso en el techo. Debes saber que de esta forma perderás potencia aunque si buscas una luz difusa este es tu método 😉 Y los tienes desde un precio muy económico.
También tienes la posibilidad de utilizar un cable de extensión para poder dirigir la luz donde mejor te convenga.
Flash gemelo o twin flash. Ya nos alejamos de las recomendaciones económicas.
Este flash se sube de precio bastante, aunque sus motivos tiene para costar más. Si es para iniciarte no es la mejor opción, pero si ya estás en las profundidades del macro y en lugar de salir necesitas sumergirte más y más, puede ser tu opción, pues es el mejor para macrofotografía. Dispone de dos cabezales unidos por anillo de sujeción acoplado al objetivo que vayas a utilizar. Por la cercanía al motivo la calidad lumínica es genial y, además, esta proximidad hace que la fuente resulte de un tamaño grande con respecto al objeto o ser fotografiado, logrando así una luz suave. La diferencia principal con el flash anular es que puedes orientar los cabezales en la dirección deseada.
Larga exposición. (No apta para bichos, otros seres vivientes o cualquier objeto que se mueva 😉 ). Creo que es obvio por qué no sirve para nada que se mueva, pero por si acaso lo aclaro. Larga exposición es tener el obturador más tiempo abierto con el objetivo de que entre más luz. Si en ese tiempo tu prota se mueve, adiós foto. Por eso también te recomiendo encarecidamente el uso de trípode.
Iluminación en exteriores
Si sales al campo en busca de pequeños seres vivos, sean bichos o plantas, tendrás un gran aliado: la luz natural. Pero claro, esta no siempre es perfecta y hay que conocer algunos truquitos para aprovecharla al máximo.
¿Qué hora es la mejor?
Si lo que buscas es que los bichos estén tranquilos, que las plantas tengan el rocío de la mañana o un contraluz que resalte unos pelillos o ponga en evidencia toda la belleza de las alas de una mariposa, mejor opta por las primeras y últimas horas del día. Son las horas que más se suelen recomendar en fotografía en general. ¿Inconvenientes? Que te puede faltar luz. En ese caso tendrías que echar mano de alguna de las opciones del apartado anterior o de reflectores.
Igualmente, un día nublado, tan aconsejable para otro tipo de fotografías, aquí te puede dar problemas. Lo más seguro es que necesites iluminación extra. Recuerda, es macro, no te puedes perder los detalles o perderá la mayor parte de su atractivo.
¿Qué pasa con la luz del mediodía? Pues que aunque resulte muy dura para otros tipos de fotografía, aquí no se produce tanto este efecto, el motivo es mucho más pequeño por lo que la luz no resulta tan puntual. Por eso el mediodía no es tan mala hora para macrofotografía. Y si tienes exceso de luz, siempre puedes usar un difusor o un reflector para rellenar las sombras. No necesitas uno grande, recuerda que estamos hablando de motivos pequeñitos, un papel de seda, una cartulina o un tetrabrik te pueden servir perfectamente.
Luz artificial
La luz artificial en exteriores no sólo te servirá para suplir la escasez de luz natural, sino que también te puede ayudar a rellenar sombras o a realzar texturas. Puedes combinar luz natural con luz artificial, incluso varias fuentes de luz combinadas como mejor te convenga para resaltar tu motivo y todos los minúsculos detalles que lo componen.
Tu luz
Por último apelo a tu luz interior, la que te motiva a crear, fotografiar y entusiasmarte con este arte. Sin ella ninguna otra luz será suficiente.
Y recuerda, si no practicas, lo leído no te servirá para nada. Lo mejor del macro es que puedes practicarlo sin salir de casa. Ya no te quedan excusas, ¡así que ahora mismo a por la cámara!
Eso sí, antes te voy a pedir un pequeño favor, si te ha resultado útil esta lectura, compártela en tu red social favorita, Facebook, Twitter o Google +. Un millón de gracias y ¡hasta nuestra próxima cita fotográfica!