No sé cuántos millones de fotografías pueden llegar a hacerse a día de hoy al minuto en el mundo, tampoco cuántas de ellas se compartirán finalmente en redes sociales ni cuántas de ellas estarán tomadas con un Smartphone. Pero seguro que nos bailarían los ojos si nos dijeran la cifra exacta. Muchas, muchísimas, tantas que probablemente nuestro cerebro sería incapaz de procesar, y me atrevo a imaginar que un gran porcentaje de ellas son fotografías hechas con un teléfono móvil (no te pierdas la mega guía que te hemos preparado con trucos, consejos y mucho más, para mejorar tus fotos de móvil) .
Porque si la fotografía hace tiempo que se convirtió en algo de acceso universal, con el auge de la fotografía móvil esta universalización se ha acentuado aún más. Todo el mundo tiene un teléfono capaz de tomar fotografías, incluso ciertos países tienen una media de más de un teléfono móvil por habitante. Ahora sí que la fotografía está al servicio, uso y disfrute de todos nosotros.
Y eso, es una suerte. Por muchas desventajas y peros que creas que puede tener la fotografía móvil, esta ardua competencia, este pozo sinfín de inspiración que nos bombardea por todas partes es un universo que, si no nos devora, es maravilloso.
Ahora bien, como todo, hay que aprender a sacarle el máximo provecho a la coyuntura, empezando por evitar (o por lo menos intentarlo) ciertos errores habituales al trabajar con nuestro teléfono móvil.
1 Utilizar el Zoom óptico
La lente del Smartphone es fija, así que lo que hace el zoom es simplemente recortar la imagen para ampliarla. No olvidemos que, por muy bueno que sea tu teléfono, el tamaño del sensor es determinante para la calidad de la imagen y, como puedes deducir, en los teléfonos es más bien pequeño. Así que haz la regla de tres 😉 Si quieres zoom, coge tu par de bonitas piernas y muévelas hacia aquello que haya llamado tu atención. Ese es el mejor zoom que puedes tener 🙂
2 Utilizar el flash
Sé que los automatismos son una trampa en la que caer fácilmente, pero intenta que el flash no forme parte de ello. Con el poco alcance que tiene no va a salvar ninguna de tus fotos, pero sí puede destrozarte alguna que otra.
3 No prestar atención a la composición
Tantas facilidades parece que en vez de ayudarnos a centrarnos en la composición, nos provoca todo lo contrario. Lo sé porque a veces me pasa, por muy consciente que sea. Nos dejamos llevar por el momento, y nos olvidamos de cuidar la composición, de variar el punto de vista, de prestar atención a los elementos del fondo, de exprimir las líneas o jugar con los colores o el contraste.
4 Pensar que no puedes trabajar la luz
Creernos que el contexto y el automatismo del teléfono son los que tienen el poder y que lo que simplemente se espera de nosotros es apretar el botoncito rojo, es el gran error de la fotografía móvil, o por lo menos uno de ellos. Si quieres buenos resultados, lo primero es creer en ella y lo segundo ser conscientes que una buena imagen hay que trabajarla sobre todo, con luz.
Aunque es evidente que el control no será el mismo que con una cámara con modos manuales, sí podemos intervenir activamente para modelar la luz, podemos buscar sombras, situarnos tras una cortina para que nos haga de difusor de luz, podemos atrapar las luces cálidas de un amanecer…
5 Olvidarte de la profundidad de campo
Si estás acostumbrado a tu querida cámara Réflex, a jugar con el diafragma, a desenfocar el fondo para aislar a tus protagonistas, etcétera, recuerda que los teléfonos móviles tienen una gran profundidad de campo por lo que, cuando tomes una imagen, debes ser consciente de que tanto primeros planos como planos más alejados, quedarán en foco.
Ahora bien, si quieres conseguir cierto desenfoque del fondo, sí hay una forma fácil de hacerlo: acércate mucho a un objeto o persona del primer plano y verás cómo el esfuerzo de mantener bien enfocado este plano, hace que el fondo sí aparezca desenfocado.
6 Olvidarte de la historia
La fotografía móvil es rápida como ninguna, siempre llevamos el teléfono a mano, para hacerla no hay que ajustar nada, y encima es gratis. Todo ello nos hace valorarla un poco menos. Podemos tomar millones de fotos sin despeinarnos, a todas horas, en todas partes, y sin prácticamente esfuerzo. Ahora bien, ¿qué hay de la historia detrás de las fotos?, ¿eres consciente de ella cuando aprietas el botón de tu cámara?, ¿te acuerdas de la importancia de la narración en una imagen?
7 No seleccionar las fotos
Este reconozco que me cuesta. Seleccionar y borrar el resto. Seleccionar y borrar el resto. Seleccionar y borrar el resto. Dicen que si repites las cosas tres veces el mensaje cala mejor, ¿no? Este punto me lo dedico. Lo reconozco, me cuesta, y luego me encuentro con sopotocientosmilmillones de fotos entre la Réflex y el Smartphone y eso no hay disco duro que lo soporte ni ganas de volver a mirarlas nunca más. Si eres de los míos o de las mías, propongámonoslo como reto personal 😉
8 No compartir o compartir demasiado
Evidentemente que cada uno haga lo que le parezca con sus fotos, faltaría más, pero mi consejo personal es: ni todo, ni nada. Es decir, no es necesario que compartas tu desayuno, tu desplazamiento al trabajo, tu almuerzo, tus zapatos, el techo, el post-it, la merienda, el bolso, tu perro… No sólo me parece algo peligroso, también puedes llegar a cansar a los demás con tus fotos, fotos que, probablemente, no sean siempre tus mejores imágenes.
Así que compartir está bien, es una forma de darte a conocer, de crear comunidad, de inspirar, de inspirarte, ahora bien, recuerda pensar antes de publicar sobre si estás medianamente orgulloso de la imagen que quieres compartir.
9 No aceptar críticas
Compartir es lo que tiene, tendrás seguro comentarios positivos, y quizá algunos no tanto. No pasa absolutamente nada, de todos ellos puedes obtener aprendizaje, así que analízalos, saboréalos positivamente, arregla lo que tengas que arreglar si es que tienes algo que arreglar y luego sigue siendo tú mismo 😉
10 Pasarse con el procesado
Fotografía móvil y procesado son conceptos casi inseparables, y está bien. Ya casi no concebimos subir una imagen a determinadas redes sociales como Instagram, sin ponerle un filtro. Y no es para menos, los viñeteados, los filtros, la saturación, el recorte de imágenes, han pasado a ser un acto habitual en cualquiera de nosotros a la hora de trabajar las imágenes del móvil. Y está demostrado que las imágenes ganan algo de interés entre el público. Ahora bien, si te pasas y conviertes la imagen en algo altamente irreal o súper procesado, que suele hacer que se pierda la esencia de la fotografía.
11 No ser coherente con tu trabajo
Si la fotografía es tu trabajo (cobrando o sin cobrar por él), intenta que éste tenga una coherencia. Piensa que cuando alguien accede a tu galería de fotos, sea en el formato que sea, las ve primero en su conjunto antes de entrar a cada una de las imágenes. Si estas son incoherentes, sin un tema concreto, sin un estilo concreto, se verá caótico y el o la que entra a verlas, probablemente pierda el interés o no sepa a qué atenerse.
12 Querer ser como todos
No sé si serás de los que bucean diariamente entre imágenes por las diferentes comunidades y redes sociales. Para mí es inevitable hacerlo, y eso me lleva no sólo a pensar que hay imágenes realmente maravillosas, gente con un don y un trabajo que parece sacado de un cuento de hadas, también me lleva a pensar que hay muchas, muchas imágenes que, una vez vista una, vistas todas. Hay modas bonitas y luego hay gente que te retuerce las entrañas, te quita el aliento, te remueve por dentro, te fascina. No quieras ser como los demás, no buscamos fotos bonitas, no buscamos sonrisas profident ni fotos perfectas, buscamos la autenticidad.
Así que ya sabes, no quieras gustar a los demás, a menos que trabajes por contrato. Si las fotos son para ti, sé tú mismo/a, no te abandones, hurga en tus sentimientos, practica hasta que olvides la técnica, sólo déjate llevar, improvisa, busca tu propio estilo, y disfruta con lo que haces.
Espero que hayas disfrutado con este artículo. Si es así, por favor, compártelo para hacerlo llegar a más gente. Muchas gracias y hasta la próxima 🙂