¿Por qué una vez nos habituamos a la cámara sólo la “sacamos” a pasear en las grandes ocasiones?, ¿Qué hay de aquellos valiosos primeros instantes en los que descubrimos que eso era mucho más que una moda pasajera?, ¿Esos momentos en los que la fotografía entró a formar parte de nuestras vidas como el hobby más fascinante que nunca hubiéramos descubierto? Esos momentos en los que lo fotografiábamos todo sin orden ni concierto, una hoja caída, el pomo de una puerta, unas sandalias en una baldosa, un primerísimo primer plano de las pestañas de tu gato…
Esas primeras veces te parecía que evolucionabas a pasos agigantados. Y seguramente, aunque no lo creas, así era, porque practicabas, porque agudizabas el ingenio con el uso de pequeñas cosas cotidianas, porque te entregabas a tu nuevo hobby con pasión.
Con el paso del tiempo solemos caer en la desidia o en pensar que esa fase de novato está superada, ¡Como si hubiera que superarla!, ¡Craso error!. Ese entusiasmo de “novatos” es el gran aliado de cualquier fotógrafo. Sin eso queda poca cosa, nos volvemos vagos, practicamos poco, la inspiración nos abandona y perdemos el entusiasmo.
Qué escenario más dramático, ¿no? 😉 Pues bien, casi todo en esta vida tiene solución, y por suerte, practicar lo tenemos al alcance de la mano cada día en cualquier rincón y con cualquier objeto. 🙂
1. Juega con la profundidad de campo
O lo que es lo mismo; juega con la apertura de tu objetivo. Como ya sabrás, cuanto más abras el diafragma (f/1:4, f/2:8, etc.), menos profundidad de campo o zona enfocada en la imagen tendrás. Dominar la apertura te deparará imágenes interesantes sobretodo cuando quieras aislar un objeto del fondo o resaltar una parte del mismo.
Si utilizas la técnica contraria, cerrarás el diafragma (f/16, etc.), lo que te proporcionará más zona enfocada en tu imagen.
2. Fotografía de alta velocidad
O cómo fotografiar una gota sin morir de desesperación 😉 . Ya habrás visto esas imágenes fascinantes de una gota captada en el instante preciso antes de caer sobre una superficie líquida, o el de un objeto cayendo sobre un líquido y derramando perfectísimas gotas congeladas por doquier. Pues para conseguir estas magníficas imágenes no necesitas más que tu cámara, un poco de paciencia, algo líquido y un poco de imaginación.
3. Perspectiva forzada con objetos cotidianos
La perspectiva forzada es un tipo de perspectiva que utilizamos para “engañar” al ojo, haciendo que dos objetos que están en diferentes planos parezcan estar en el mismo, creando imágenes “imposibles”.
4. Objetos en clave alta
Si te gustan las imágenes de elevado contraste contra un fondo de un blanco impecable, no puedes dejar de utilizar esta técnica. Un fondo blanco, mucha luz, un trípode y seguir las instrucciones de este artículo que te explica paso a paso cómo transmitir positivismo, paz y felicidad a través de esta técnica, es todo lo que necesitas para conseguir estas fascinantes imágenes.
5. Objetos en clave baja
Si por el contrario te va más el misterio plasmado en un fondo negro y poca luz, te recomiendo que pruebes fotografiar en clave baja. Un fondo negro o muy oscuro, poca luz y dirigida de forma puntual sobre el objeto, y algunas pruebas y ajustes según la situación, es todo lo que necesitas para fotografiar en clave baja.
6. El humo
¿Creías que no se podía fotografiar algo tan etéreo como el humo? Este artículo te demostrará que no sólo es posible, sino que los resultados que puedes obtener son magníficos. Sólo necesitas un fondo negro opaco, algo que haga humo, un trípode y un flash externo… ¿Te animas?
7. Macro
No podía faltar la fotografía macro-casera. En casa tenemos tiempo y dominamos todas las variables como de si un estudio se tratara, así que tenemos tiempo de equivocarnos, de repetir, de practicar y resolver situaciones. Es un gran momento para iniciarse en fotografía macro antes de lanzarnos al exterior a fotografiar otros objetos. ¿Sabes lo alucinantes que pueden verse los objetos que nos rodean diariamente a tamaño 1:1 (es decir gigante… 🙂 ) ?
8. Composiciones minimalistas
Una muy buena forma de aprender composición es practicar con objetos cotidianos, ya que los tenemos a mano, no se mueven y no se hartan de nuestros experimentos 😉 Practicar con las reglas de composición básica como la regla de los tercios, la de la proporción áurea, el espacio negativo, las líneas, la ley del horizonte y un largo etcétera, con una composición sencilla (de un elemento o de muy pocos) es de las mejores formas de aprender composición que encontrarás.
9. Composiciones complejas: Bodegones
Una vez domines las composiciones minimalistas, puedes atreverte con las composiciones que incluyan más de un elemento. ¿Qué tal unos bodegones a lo Rembrandt? ¿Te atreves a crear un cuadro del S.XVII en tu propia cocina?
Los bodegones te ayudarán a practicar con composiciones complejas y con la orientación y fuerza de la luz. Tómate tu tiempo y disfruta del aprendizaje.
10. La luz y los diferentes esquemas de iluminación
La diferencia entre un esquema de iluminación u otro o un tipo de luz u otra, es esencial para entender el por qué de una imagen, para anticiparse al resultado, para entrenar tu ojo fotográfico y controlar tus escenas.
¿Qué diferencia hay entre luz suave y luz dura?, ¿Y entre luz natural y artificial?, ¿Qué diferencia hay entre una iluminación cenital y una lateral?
Monta tus escenas cotidianas en tu casa como si de un laboratorio se tratase, tu cámara y los objetos que te rodean pueden ser tu mejor escuela. Recuerda que muchos de los grandes fotógrafos de todos los tiempos son autodidactas; no hay mejor forma de aprender 😉
11. Pintando con luz: Lightpainting
Ya hemos hablado del lightpainting en alguna ocasión. Si tienes una cámara que puedas programar en manual, una escena oscura, un trípode, una fuente de luz (velas, flash, linterna…) y quizá y opcionalmente un ayudante, ya tienes tu fotografía lightpainting.
12. El punto de vista
La sabiduría popular ya nos dice que todo depende del punto de vista por el cual se mire algo, ¿Verdad? Pues en fotografía es exactamente igual. No te limites a fotografiar desde un mismo punto de vista, ya que te estarás perdiendo aproximadamente un 80% de interesantes imágenes alternativas a la tuya. Olvídate de ponerte a disparar cómodamente siempre desde tu altura. Agáchate, ponte a la altura de tu objeto, ponte encima y hazle un picado o debajo y hazle un contra-picado. Muévete y experimenta, no te limites “a lo de siempre”; varía el ángulo y la perspectiva.
13. La doble exposición
Creo que hay pocas técnicas tan fáciles y con resultados tan sorprendentes como la doble exposición. La posibilidad de mezclar dos realidades en una misma imagen, dos narrativas diferentes unidas en una… Las posibilidades de esta técnica son infinitas. Puedes mezclar objetos, texturas, conceptos, retratar el paso del tiempo, o todo aquello que se te ocurra.
14. El bokeh
¿Soy yo o realmente esta técnica consigue que escenas de 6 pasen a ser rápidamente escenas de 8,5? No sé por qué, pero esas formas cálidas, repetitivas y desenfocadas consiguen aportar tanto a una imagen, pero lo cierto es que es así, y lo mejor de todo, es que es bastante fácil conseguir este efecto. Si quieres saber cómo, aquí tienes paso a paso cómo conseguir este efecto.
15. Reflejos “de andar por casa”
Superficies brillantes como el mármol oscuro de tu cocina, o el suelo recién encerado, un espejo o lo que se te ocurra, pueden crear composiciones muy interesantes en tu fotografía de objetos cotidianos.
16. Mezclando diferentes disciplinas artísticas
No es mi caso, pero si por ejemplo sabes dibujar y te gusta la fotografía, ¿Por qué no pruebas a mezclar tus dos hobbies a ver qué resultado obtienes? La fotografía no es algo aislado. Se alimenta de ti y de todas las cosas que has aprendido y desaprendido a lo largo de la vida. ¿Por qué no hacerla partícipe de ellas y darle un toque original a tus imágenes?
17. Abstracción
Las líneas o patrones repetitivos, las texturas, los colores repetitivos o combinados, la colocación de un objeto en un lugar que no le corresponde, su aislamiento, un enfoque limitado… Todo es susceptible de abstraernos a otras realidades abstractas.
18. Aprovecha para iniciarte en la fotografía de producto
El saber no ocupa lugar, y nunca se sabe dónde puede llevarte tu hobby. Además, por complicado que te pueda parecer todo al principio, lo cierto es que lo único que necesitas es una cámara, tiempo, motivación y práctica. Ni siquiera necesitas mucho dinero, ya que la mayoría de cosas puedes solucionarlas con algo de bricolaje e imaginación casera. Te sorprendería el estudio que te puedes montar con una luz casera y unas cartulinas blancas…
Te recomiendo este fantástico artículo del que no sólo extraerás ideas para fotografiar productos, también para experimentar con cualquier cosa que te rodea.
19. El post-procesado
Es tiempo de experimentar, de encontrar tu estilo, de ayudar a envejecer tu imagen o de hacerla vanguardista, de transformarla a blanco y negro, a sepia, de hacerla real o irreal, de encontrar el espacio en el que te sientas a gusto al margen de la opinión de los demás (que siempre se agradece pero que no tiene por qué ser determinante). Para ello te recomiendo que previamente hayas configurado tu cámara en RAW para que tengas más libertad en el procesado y con mejores resultados.
La mejor escuela de fotografía es la que tienes al alcance de tu mano, la que te permite practicar, innovar, errar, aprender… Es todo aquello que te rodea. No esperes a hacer ese gran viaje, a tener ese maravilloso objetivo, o esa cámara con la que sueñas. Nada de eso te hará mejor fotógrafo. Ni siquiera te permitirá obtener mejores fotos. Para ser mejor, sólo hay una receta, practicar sin parar, y, ¿Qué mejor y más fácil que hacerlo con todo aquello cotidiano que tienes al alcance de tu mano a cada instante?
Así que ya sabes, ¡A practicar! y si te ha gustado y crees que alguien más sacará provecho de este artículo, compártelo en Google+, Facebook o Twitter. ¡Muchas gracias! 🙂