La sensibilidad ISO en fotografía es uno de esos ajustes que, si bien utilizas a diario y foto a foto, puede que no termines de entender cómo funciona realmente.
En una escena con poca luz, si no quieres que tus fotografías salgan movidas, casi por instinto subirás el ISO y voilà, todos tus problemas se habrán solucionado.
Pero, ¿es realmente eso así?
En el artículo de hoy, explicaremos qué es el ISO en fotografía y arrojaremos algo de luz sobre este ajuste al cual no se le suele prestar toda la atención que se merece.
Después de todo, la calidad de tus fotografías dependerá de él. ¡No te lo puedes perder!
Antes de continuar, deja que te recomiende la mega guía que hemos preparado para enseñarte a fotografiar en Modo Manual y que puedas perderle el miedo de una vez por todas.
De esta forma, controlar el ISO te será pan comido.
¿Qué es el ISO en fotografía?
El ISO en fotografía se refiere a la sensibilidad del sensor de la cámara de fotos a la hora de captar la luz. Se trata de una escala que determina el grado de sensibilidad del sensor de una cámara de fotos digital respecto a la luz que se proyecta sobre el sensor.
En fotografía analógica se trata de la sensibilidad de la película utilizada para grabar el negativo de una fotografía.
A mayor número de ISO, mayor capacidad para captar luz, a menor valor, menor capacidad para capturar dicha luz.
Cuando duplicas el valor ISO, es decir, pasas de, por ejemplo, ISO 100 a ISO 200, necesitas la mitad de luz para lograr la misma exposición.
En este ejemplo puedes ver, con la misma velocidad de obturación y misma apertura, cómo resulta la imagen modificando el valor ISO.
Veámoslo más detenidamente.
La luz es el condimento fundamental en toda receta para una buena fotografía, sin ella no habrá foto posible.
La sensibilidad ISO es algo así como el valor que indica que “cantidad de luz” es capaz tu cámara de capturar en una fotografía.
Este concepto ha sido heredado de la fotografía analógica a pesar de no guardar mucha relación con lo que era antes y lo que es hoy en día.
En la fotografía analógica, no era (ni es) posible ajustar la sensibilidad ISO desde la cámara como en la era de la fotografía digital, sino que cada película fotográfica correspondía a un valor ISO distinto.
Por lo tanto, no era posible ajustar el ISO de una fotografía a otra sin cambiar el rollo completamente.
La sensibilidad de dichas películas correspondía a la cantidad de “haluros de plata” (algo así como “el tamaño de los píxeles” de hoy en día) con que dicha película era fabricada.
El tamaño de cada cristal de haluro en la película indicaba la sensibilidad y el grano que se puede apreciar en las fotografías una vez reveladas.
En la actualidad, con los sensores digitales, los haluros de plata son historia (por lo menos para la fotografía digital) y aunque el nombre se siga utilizando y la fotografía analógica siga existiendo, el concepto cambió totalmente con la revolución digital.
Entonces, la sensibilidad ISO del sensor mide la reacción de este frente a un determinado nivel de luz en la escena.
Dicha sensibilidad es inversamente proporcional a la cantidad de luz presente: cuanta “más luz” haya en el ambiente o escena, menor sensibilidad ISO podrás o tendrás que utilizar y viceversa.
Parece simple, ¿verdad?
¿Qué significan las siglas ISO en fotografía?
El nombre ISO corresponde a las siglas de la organización que le dio origen: “International Organization for Standardization” u organización internacional para la estandarización, es decir que, tal como indica su nombre, dicho valor no es más que un estándar adoptado mundialmente.
¿Cómo funciona la sensibilidad ISO en fotografía?
Para que puedas entender cómo funciona realmente el ISO de tu cámara, es necesario que entiendas antes cómo funciona el sensor de la misma ya que, el ISO depende de cómo este captura la luz para transformarla en un hermoso archivo digital.
El sensor de tu cámara es ese pequeño chip que convierte tu visión en realidad.
Es el encargado de transformar la luz que le llega en una fotografía.
Así como la película, como acabo de comentarte, está formada por haluros de plata, el sensor está compuesto de miles de celdas fotosensibles que trasforman la luz que atraviesa el objetivo.
Al recibir luz, cada celda la transforma en corriente eléctrica y que, tras ser procesada en el cerebro de tu cámara (su microprocesador) se genera un archivo digital, “la foto”, que es almacenada en la tarjeta de memoria.
La sensibilidad de cada una de estas celdas es fija y se corresponde con el valor ISO más bajo que tu cámara (sensor y procesador) sean capaces de procesar.
Pero, si la sensibilidad ISO es fija, ¿cómo es que puedo aumentarla con tocar un botón?
En realidad, no se está aumentando la “sensibilidad” de estas celdas ya que esta es fija, sino que lo que se amplifica es la corriente eléctrica o “señal” que estos emiten.
Si estas fotografiando una escena donde la iluminación es escasa, cuando “amplifiques” la señal de las celdas de tu sensor, no solo “aumentarás” la luz que logró llegar a este, generando un poco de ruido, sino que además amplificarás la señal de aquellas celdas que han quedado “vacías de luz”, generando más ruido aún.
Aquí es donde nace el tan odiado “ruido”.
Cuanto mayor sea la sensibilidad ISO que utilices al tomar tus fotografías no solo obtendrás fotografías más claras sino, además, más ruidosas.
En el siguiente ejemplo, hemos mantenido la misma exposición para que veas el efecto de subir el valor ISO a nivel ruido.
¿Qué es el ruido en las imágenes?
Seguramente, lo que más te ha quedado claro de la explicación anterior es que, a mayor ISO, mayor ruido, especialmente en las zonas más oscuras.
El ruido es el efecto secundario que lograrás al aumentar la “sensibilidad” antes de realizar una toma.
Hay tres situaciones que harán que el ruido se presente en tus fotografías:
- Amplificación de la señal: este tipo de ruido es generado, como acabo de comentarte, al amplificar la señal de las celdas encargadas de transformar la luz en señales eléctricas, es decir, al subir el valor ISO. Este ruido es denominado eléctrico o electrónico.
- La temperatura: además del ruido por amplificación, la temperatura del sensor también generará ruido en tus fotografías. Si realizas largas exposiciones, o disparas en ráfaga, el sensor se irá recalentando, lo que terminará por generar el conocido “ruido térmico”.
- La postproducción: cuando una fotografía está subexpuesta, al intentar “aclararla” en el ordenador, generarás ruido. El ordenador no podrá recuperar los datos que tu cámara no ha sido capaz de capturar por lo que “inventará” información donde no la hay, generando ruido.
La forma en que el ruido se hace presente en tus fotografías varía de forma, tamaño y en cantidad dependiendo de cuáles sean las causas que lo originen, el modelo de tu cámara, el tamaño del sensor, etc.
Puede resultar imperceptible o bien tan evidente que termine por arruinar la calidad de tus fotografías.
De todas formas, a veces es mejor tener ruido que no tener foto.
El objetivo no tiene por qué siempre una nitidez impecable.
Habrá fotos o momentos en los que sea más importante captar el momento a pesar de tener ruido.
Luego está el tema del grano, que muchas veces se confunde pero es otro tema distinto.
Heredado de la fotografía analógica, se añade con una intención estética o creativa. Para añadir un toque nostalgia o emular otra época, entre otros.
Aquí un ejemplo en el que hemos metido bastante grano para que te hagas una idea.
Como evitar el ruido en fotografía
Te presento cuatro formas de reducir el ruido en tus fotografías:
- Mantén el ISO lo más bajo posible. “Lo más bajo posible” no significa mantenerlo siempre en su valor mínimo, sino ajustarlo al límite de lo que las condiciones de iluminación de la escena te permitan. Primero intenta compensar la falta de luz disminuyendo la velocidad de obturación o bien abriendo el diafragma. Pero claro, siempre dependiendo de qué es lo que desees lograr y trasmitir con tus fotografías.
- A falta de luz, añádela. Si no puedes compensar la exposición mediante la velocidad de obturación o bien abriendo el diafragma al máximo, puedes intentar añadir mayores fuentes de luz con el fin de mejorar la iluminación y alejar a tu peor enemigo, la oscuridad de la escena. Como te comenté anteriormente, el ruido es más notorio cuando la oscuridad es pobre.
- Evita el calor. Así como la temperatura del sensor añade ruido en tus fotografías, si le das un respiro entre toma y toma o bien, no realizas exposiciones demasiado prolongadas, no solo podrás mantener al margen (o al mínimo) esta fuente de ruido sino que, además, aumentarás la vida útil de tu equipo.
- Exponer correctamente. La clave de toda fotografía, además de su concepto y mensaje, es su correcta exposición.
¿Cómo se logra una adecuada exposición en fotografía?
La sensibilidad ISO es uno de los tres factores que definen la exposición de una fotografía.
Los otros dos son la apertura del diafragma y la velocidad de obturación.
Estos tres forman lo que es conocido como el triángulo de exposición.
Como te podrás imaginar, para poder mantener el ISO constante (lo más bajo posible) sin alterar el equilibrio del triángulo de exposición, deberás realizar una correcta medición de la luz disponible con el ISO que has fijado, con el fin de ajustar la velocidad de obturación y la apertura del diafragma (profundidad de campo) que desees obtener.
- La velocidad de obturación te permitirá trasmitir la sensación de movimiento o bien congelar completamente una escena.
- Mediante la profundidad de campo podrás desenfocar completamente un fondo (lograr un buen bokeh) o bien, obtener mucha profundidad de campo para fotografiar unos impactantes paisajes.
Estos dos elementos, como te habrás dado cuenta, permiten agregar elementos compositivos en tus fotografías a diferencia de la sensibilidad ISO que únicamente te permitirá capturar escenas con escasa iluminación.
Puedes obtener fotografías con menor ruido utilizando una sensibilidad ISO más alta si realizas una correcta medición y exposición en tus fotografías que si escoges una sensibilidad ISO más baja pero la medición y exposición no es la correcta.
Cuando debas corregir la exposición en el ordenador, terminarás por añadir más ruido en la foto que si desde el principio hubieras utilizado un ISO más alto pero con una correcta exposición.
Dedícate 5 minutos a analizar el siguiente gráfico:
La línea verde marca los valores para obtener una correcta exposición de una determinada fotografía.
Si quieres obtener una menor profundidad de campo (mayor desenfoque) deberás compensar el “extra de luz” que tu cámara captará aumentando la velocidad de obturación (Pasar de 1 a 2).
Esto te sucederá si lo que quieres es congelar el movimiento.
Ahora bien, si lo que quieres es conseguir una mayor profundidad de campo (mayor nitidez) y continuar sobre la línea verde que marca una correcta exposición para nuestra fotografía ficticia, deberás compensar la falta de luz producto de cerrar el diafragma, disminuyendo la velocidad de obturación (Pasar de 1 a 3).
De esta forma, no podrás congelar el movimiento pero, ganarás mucha profundidad de campo, muy útil por ejemplo, en la fotografía de paisajes.
Ahora bien, si quisieras lograr una correcta exposición pero manteniendo el diafragma muy cerrado con el fin de obtener bastante profundidad de campo (f/16) y, al mismo tiempo, utilizar una velocidad de 1/100, la única manera para que puedas lograr una correcta exposición es aumentando la sensibilidad ISO (ISO 800).
La línea roja marca la nueva correcta exposición. (Pasar de 1 a 5).
Por el contrario, si con los mismos valores desearas, además, utilizar una sensibilidad ISO muy baja, lo único que lograrás es una fotografía subexpuesta (Pasar de 1 a 4).
¿Qué sensibilidad ISO usar?
La tendencia a mantener la sensibilidad ISO lo más baja posible, es solo eso, una tendencia.
Recuerda que la luz variará de una escena a otra por lo que, en cada una de ellas, deberás realizar una buena medición y ajustar el valor ISO para que puedas obtener la fotografía que estás buscando.
Por otro lado, unas cámaras soportan mejor valores altos de ISO que otras.
Es importante que conozcas tu cámara y veas cómo se comporta según los distintos valores.
Para ello, nada mejor que realizar una prueba, la misma foto cambiando el ISO y ver a qué valores aparece el ruido.
Forzar una fotografía a utilizar una sensibilidad ISO muy baja, solo provocará que, al sub o sobreexponer tus fotos, al momento de editarlas termines por introducir aún más ruido que si hubieras ajustado un poco más alto el ISO.
La clave para combatir el ruido es una correcta medición y exposición. ¡Nunca lo olvides!
Consejos para usar el ISO correctamente en tus fotografías
Ahora que ya has leído toda la teoría al respecto de la sensibilidad ISO, o bien toda la que puede llegar a interesarte en este momento de tu vida como fotógrafo, repasemos algunos trucos y consejos que te serán de mucha utilidad para llevar todo lo aprendido a la práctica:
1. El ISO al mínimo posible
Intenta siempre utilizar la sensibilidad ISO mínima posible, es decir, aquella que te permita tomar la fotografía que estás buscando y de acuerdo a la iluminación presente que te permita una exposición óptima.
No el mínimo valor de la cámara.
De este modo, mediante una correcta exposición y un ISO al mínimo posible, reducirás el ruido considerablemente.
2. Evalúa todas las variables
Antes de disponerte a subir la sensibilidad ISO, intenta ver de qué manera puedes llegar a evitarlo ajustando las otras dos variables que definen a la exposición: la profundidad de campo y la velocidad de obturación.
No descartes la utilización de un trípode si es necesario.
3. No pierdas de vista la exposición
Siempre antes de disparar, recuerda medir correctamente la luz presente en una escena.
Nunca renuncies a exponer correctamente solo “aumentando la sensibilidad ISO”.
Puede parecerte una salida fácil aumentar el ISO, pero si te tomas el trabajo de exponer correctamente, la calidad de tus fotos aumentará considerablemente.
4. No le temas al ruido
Por más que trabajes para intentar minimizarlo no temas al ruido.
En muchas situaciones te será imposible eliminarlo ya sea por la cámara que estés utilizando o por la escasa luz del ambiente.
Nunca dejes de tomar una fotografía, aunque el ruido sea más de lo que quisieras, después de todo, en última instancia, luego podrás reducirlo con algún programa de edición en el ordenador.
5. Dispara siempre en RAW
Como acabo de comentarte, siempre podrás intentar reducir el ruido de tus fotografías utilizando algún programa de edición.
Obtendrás mejores resultados si trabajas directamente sobre los negativos digitales que si lo haces sobre el JPG.
El formato RAW guarda mucha más información ya que no está comprimido, lo que te permitirá mucho más margen que un JPG.
Puedes revisar todas las ventajas de disparar en RAW en este artículo.
6. No utilices el AUTO ISO
Si bien casi todas las cámaras permiten configurar la opción de selección de ISO automático, no te recomiendo que lo utilices por dos motivos:
- Tu cámara nunca tomará mejores decisiones que tú a la hora de elegir la mejor configuración posible.
- Las cámaras están configuradas para medir la luz como si todo en la escena fuera gris neutro (un promedio de tonos claros y oscuros) por lo que al medir la sensibilidad a utilizar, también lo hará en promedio y en la mayoría de los casos termina por desperdiciar mucho potencial de tu sensor para capturar todos los tonos que es capaz, tanto oscuros como claros.
7. Nunca subexpongas
Como te comenté anteriormente, es preferible elevar la sensibilidad ISO y generar un poco más de ruido que utilizar un ISO más bajo y luego corregir la exposición en el ordenador.
Por muy buenos que sean los programas de edición, siempre generaran ruido si la toma no ha sido correctamente expuesta, por ello, expón correctamente y siempre hacia los tonos más claros.
8. Define tu tolerancia al ruido (y la de tu cámara)
Más allá de toda la información que puedas obtener leyendo este u otros artículos publicados a lo largo y ancho de Internet, el que define el ISO óptimo eres tú.
Debes plantearte dos cosas:
- ¿Cuál es el ruido máximo que estás dispuesto a tolerar?
- ¿Conoces cómo trabaja tu cámara a distintas sensibilidades?
La clave para dominar la sensibilidad ISO la tienes tú: como te he adelantado antes, realiza todas las pruebas posibles con tu cámara de modo de que averigües cómo trabaja y cómo procesa el ruido.
Una vez hecho esto, estarás en condiciones de saber cuál es el ISO óptimo con el que debes trabajar en cada una de tus tomas.
Como siempre, la clave de todo en fotografía eres tú: tú tomas las decisiones, tú planeas las tomas, tú defines la composición, defines qué es lo tolerable y qué no.
Tú eres el dueño de tu propia creatividad.
La clave del éxito en la fotografía, siempre, eres tú.
Para terminar, derribemos un mito
No creas que porque el sensor de tu cámara es pequeño, no podrás obtener fotografías espectaculares sin mucho ruido.
Los sensores pequeños no son más ruidosos, o sí, pero no porque no sean capaces de lograr fotografías sin ruido sino porque la sensibilidad ISO que el fabricante les asigna en realidad no es tal.
¿Qué quiero decir con esto? ¿Recuerdas que te comenté que el ISO era un estándar?
Bueno, todas las cámaras sin importar su tamaño y tipo de sensor, trabajan con el mismo estándar a pesar de que no es válido: comparar el ISO 800 de una cámara Full Frame con el ISO 800 de una cámara con sensor APS-C es tan válido como comparar peras con bananas.
“Los sensores pequeños tienen un nivel de ruido similar a uno más grande ante la misma cantidad de luz”
Hagamos unos cálculos
El factor de recorte de un sensor APS-C Nikon por ejemplo es de 1.5 respecto de su par Full Frame. Es decir, que el sensor Full Frame Nikon es 1.5 veces más grande que en una cámara APS-C.
Este factor de recorte es muy conocido ya que se aplica generalmente para calcular la distancia focal efectiva de un objetivo.
Un objetivo de 200mm en una Full Frame, equivale a una distancia focal efectiva en una cámara Nikon con un sensor de tamaño APS-C de 300 mm (200*1.5=300).
Ahora bien, este factor de recorte, no solo hay que utilizarlo para calcular la distancia focal equivalente sino que, además, hay que utilizarlo para calcular también, la sensibilidad ISO efectiva equivalente.
Una sensibilidad ISO de 800 en una Full Frame Nikon, equivale a un ISO de 350 en una APS-C.
Si tomas una fotografía tanto en una Full Frame como en una APS-C con dichos valores de ISO configurados, el nivel de ruido será el mismo ante una misma cantidad de luz en la escena.
ISO en APS-C * Factor de recorte (1.5) ²
Lo dicho, comparar el ISO 800 de una Full Frame que es el estándar contra un ISO 800 de una APS-C es comparar cosas muy distintas.
A igual cantidad de luz y utilizando sensibilidades ISO equivalentes, no importa el tamaño del sensor, la cantidad de ruido será la misma.
Es por ello que los sensores más pequeños parecen más ruidosos, aunque en realidad no lo son, solo que la sensibilidad ISO de una y otra debe ser convertida para ser comparable.
Si has llegado hasta aquí acabas de leer más de 3000 palabras sobre cómo usar el ISO correctamente.
¡Enhorabuena! 😉
Espero que este artículo te haya resultado útil.
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