El arte no debería condicionarse por los recursos económicos de nadie. Es una pena que haya cámaras fotográficas tan caras. Siempre recomiendo a mis lectores que se hagan con un buen objetivo de calidad, pero cuando veo los precios prohibitivos de algunos objetivos me entra una gran depresión. ¿Qué pasa, si tienes dinero y posibilidades económicas te haces con una buena cámara, muy chula, que lo hace todo, pero si no, te fastidias?
Afortunadamente, dentro del arte fotográfico existen elementos fundamentales para el éxito de una fotografía que no tienen nada que ver con que la cámara sea cara o barata, ni con el objetivo, ni con ninguno de los accesorios que conforman el equipo. Un buen ejemplo de ello es la composición.
Si no sabes componer una fotografía debidamente, la más cara y avanzada de las cámaras de fotos se convertirá en un inútil trozo de plástico en tus manos. La composición no es un cacharro más que puedas adquirir. Es una «habilidad». Es un sensibilidad artística. Una inspiración. Un entrenamiento constante. Un ojo fotográfico permanentemente activo. La composición fotográfica es posiblemente el aspecto más «artístico» de la fotografía. La composición te equipara al resto de los artistas. Al igual que la composición literaria, musical, etc., está la composición fotográfica. ¿Verdad que una cosa es saber tocar la guitarra, y otra es componer temas con ella?
Componer es crear de la nada. Componer es ver donde muchos, tal vez la mayoría, no vieron nada. Cuando compones una fotografía, descubres algo nuevo al resto de los mortales, aburridos y cansados de ver siempre lo mismo.
¿Cómo saber si te gusta componer?
¿Te gusta componer?
Te puede gustar la fotografía pero eso no tiene por qué significar que quieras componer. A lo mejor te gusta contemplar buenas fotografías pero no tienes la paciencia de trabajar «tú» esa fotografía. O quizás lo tuyo es fotografiar lo mínimo, en modo automático total, y estrictamente lo necesario, para inmortalizar un cumpleaños y poco más. Tal vez eres del tipo de personas que pagaría lo que fuera por una cámara de fotos tan avanzada tan avanzada que lo hace todo por ti, no ya solo los ajustes del modo automático, sino también la composición. Una cámara robot digamos, con ruedas, que va por la calle, habla, saluda, da vueltas sobre su propio eje, se posiciona, encuadra, hace pitidos y despide lucecitas todo el tiempo, enfoca y dispara lo que le hayas pedido. De vuelta a casa te trae una barra de pan si hace falta.
¿No? ¿No disfrutarías con eso? ¿Quieres hacerlo tú? ¿Quieres ser el creador y el artífice de la fotografía? ¿Si la compusiera por ti un robot o un programa de ordenador, sentirías que te falta algo, o que tú mismo faltas en la foto? ¿Crees que nuestro pequeño robot jamás, nunca, sería capaz de retratar lo que sientes tú por dentro en una fotografía orquestada completamente por él? ¿A pesar de sus lucecitas y de sus adorables pitiditos?
Te gusta componer 😉
¿Qué necesitas para componer?
Hay a quien le cuesta muy poco adquirir estas habilidades, quizás porque de forma innata las tenga, otros necesitan aprenderlas y poner algo de esfuerzo, pero al final, si te apasiona esto, acabas componiendo como un verdadero maestro. He aquí los 4 elementos más importantes, a mi modo de ver, a los que debes prestar atención si quieres dominar la composición fotográfica:
- Sentir. Pero esto ya lo haces, de otro modo no te gustaría la fotografía ni estarías leyendo este blog 😉 El que te lata un corazón está bien, pero sentir es lo que te distingue de todas las demás cosas. Esto explica por qué una lujosa cámara de más de mil euros, por sí sola, no es capaz de captar una gran fotografía. Jugará con los ajustes y aplicará una configuración automática, pero disparará lo que tenga delante. Las cámaras no saben componer todavía. Para componer necesitas primero sentir, y a continuación debes tomar decisiones sobre cómo colocar cada uno de los elementos que tienes en la escena, una infinidad de aspectos que puedes controlar y sobre los que puedes decidir. Las cámaras sólo toman decisiones programadas de antemano en fábrica.
- Aprender las bases de la composición. Convertir lo que sientes en una fotografía te requiere, como fotógrafo, tomar una cadena de decisiones respecto a las líneas, las formas, los colores, contrastes, y un sinfín de elementos como comentaba antes. La composición obedece a unas reglas y a unos conocimientos que te ayudan a la hora de tomar esas decisiones. Aprenderlas te facilita la tarea y te ayuda a acertar con el resultado final que es la fotografía.
- Practicar. Todo aprendizaje es inservible hasta que es llevado a la práctica. Sólo cogiendo (agarrando, compadre ;)) tu cámara y echándote al ruedo con ella podrás transformar ese conocimiento teórico y ese aprendizaje en algo real. A lo mejor tú ya sabes mucho de fotografía y de composición, pero la práctica te perfecciona, te hace más rápido, más preciso y acertado.
- Desarrollar un ojo fotográfico. Me ocurre con frecuencia que cuando miro el telediario por ejemplo, y el reportero está justo en el centro del encuadre, empiezo a pensar cómo sería si el cámara girara ligeramente hacia un lado para dejar al reportero un poco menos centrado, o para apartarle de ese árbol que parece salir de su cabeza. Esto me ocurre más cuando la noticia en sí es aburrida 😉 pero a lo que voy es que componemos todo el tiempo. No necesitamos tener el visor de la cámara delante para activar el chip de «compositor». Cuando te gusta la fotografía empiezas a fotografiarlo todo, y todo el tiempo, lleves o no cámara encima. Los niveles de satisfacción son en cierto modo similares, pues los fotógrafos disfrutamos con la fotografía una vez obtenida pero también lo hacemos durante el proceso. Cuando compones sin cámara, el proceso es bastante parecido.
¿Necesitas ayuda con la composición…?
En la encuesta que hicimos el año pasado con los Lectores VIP del blog identificamos la composición como una de las áreas donde más formación necesitaban nuestros lectores. En base a eso todo el equipo editorial nos pusimos a trabajar en un nuevo libro enfocado en su totalidad a la composición fotográfica, un tema sobre el que llevábamos tiempo queriendo publicar un libro porque los artículos no daban para cubrirlo todo. Así que apostamos por una publicación donde cubriéramos todo lo relevante en materia de composición, todo lo que un fotógrafo aficionado o principiante necesitaría saber. Obviamente el libro no va a componer por ti 😉 pero sí te va a guiar en los momentos en los que te enfrentes a un encuadre plano, soso, monótono y aparentemente vacío. Entre las páginas del libro encontrarás pistas respecto a los elementos compositivos que tienes a tu alcance (y que probablemente desconozcas) para conseguir esa gran fotografía que quizás tu cerebro ha visto, y tu corazón ha sentido, pero que tu cámara no ha logrado, todavía, captar.
Actualización: ¿Te gustaría hacerte con el libro de composición de Blog del Fotógrafo? Ya lo tienes disponible a través del siguiente enlace.